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CUALQUIERA QUE VIERA A LILY EVANS, ADELAIDE D'ANGELO Y A AEGEA CRONIDA, diría que son amigas desde hace años. Las tres habían tenido una química asombrosa y el hecho de que ningún chico estaba ahí para molestarlas hacía las cosas aún mejor.
Las tres estaban sorprendidas de lo bien que se habían llevado y también se sentían orgullosas por haber dejado las diferencias atrás. De hecho les parecía ridículo como se comportaban en el pasado. Marlene McKinnon, quien era la mejor amiga de Lily Evans, también se había integrado al grupo de chicas para socializar más con las ravenclaw; quienes le dieron una buena bienvenida.
—Deberíamos hacer una pijamada. —Sugirió Adelaide y todas dirigieron su mirada hacia la rubia.
Las cuatro chicas se encontraban sentadas en los pasillos cerca de la torre de astronomía. Habían llegado ahí con el propósito de estudiar para aritmancia, pero en el camino se distrajeron.
—Por mí bien —dijo Lily. —Podemos usar la sala de menesteres esta noche.
—Igual, podría ir con Marlene a buscar comida a la cocina también. —Agregó Aegea y Marlene asintió.
—Genial, ¿entonces hoy por la noche? —Preguntó la rubia y las demás asintieron. —Mañana hay visita a Hogsmeade, entonces no creo que haya que preocuparnos por levantarnos temprano.
Una vez terminaron sus tareas, cada una se fue por su lado hasta que llegara la hora de la pijamada. Marlene y Lily a su sala común, Adelaide a la biblioteca y Aegea fue a la cocina a ver que iba a llevar junto con Marlene.
La griega iba caminando hasta que sintió un frío viento por la espalda, sus músculos se tensaron y sus vellos se erizaron. Una suave brisa la cubrió, pero no era para nada acogedora. Siguió caminando nerviosa hasta que encontró un viejo armario que tenía 'Hagrid' mal escrito en la puerta.
Abrió la puerta rápidamente y se adentró en el armario, se recostó en la pared y bajó al suelo abrazándose a sí misma. Tenía mucho frío, pero le espantaba volver a salir al pasillo.
Hundió su cara entre sus piernas y su pecho, se mantuvo en esa posición hasta que la puerta fue abierta bruscamente sobresaltando a la chica. Un James Potter despeinado y acelerado hizo presencia, sonreía y su pecho subía y bajaba rápidamente. Su expresión cambió rápidamente al ver a la ravenclaw en la situación en la que se encontraba y rápidamente se acercó a ella.
—¿Aegea? —James se agachó a su altura. —¿Qué pasa?
