ix. suspicious

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IX. SUSPICIOUS

      EN LA MAÑANA DEL SÁBADO, LA PUERTA DEL PEQUEÑO ESCONDITE donde estaban Aegea y James se abrió

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EN LA MAÑANA DEL SÁBADO, LA PUERTA DEL PEQUEÑO ESCONDITE donde estaban Aegea y James se abrió. La luz entrando al lugar despertó a ambos adolescentes quienes todavía seguían durmiendo, los dos abrieron los ojos lentamente y se taparon la cara para que no los impactara tanto la gran luz.

—¿Sirius? —Preguntó James mientras buscaba sus lentes.

—No, fíjate, soy Regulus —, le contestó su amigo con sarcasmo.

—¿Cómo amanecieron, tortolitos? —Adelaide apareció detrás de su novio con una sonrisa radiante, algo normal en ella. —Aegea, te esperé por un rato en la sala común, pero no llegabas entonces me fui a dormir.

—Lo siento, pero nos quedamos dormidos —, le contestó Aegea mientras se levantaba del suelo y tomaba sus cosas.

—¿Encontraste el mapa? —Sirius le preguntó a Potter.

—Lo vimos, pero llegaron ustedes como locos a sacarnos corriendo. Así que la respuesta es no. —Todos salieron del lugar y empezaron a caminar hacia el gran comedor para desayunar.

—Tendremos que organizarnos otra vez para ir por el a esa oficina. —Habló Sirius.

—De hecho no creo que eso sea necesario —, dijo la griega y les mostró el mapa a sus amigos.

—Merlín, ni vi cuando lo tomaste, eres la mejor. —James pasó un brazo sobre los hombros de la chica y la abrazó levemente.

Adelaide y Sirius sonrieron, luego chocaron los cinco con Aegea. Los cuatro buscaron con la mirada a sus amigos y se fueron a sentar con ellos para luego desayunar.

—Por fin, estaba empezando a preocuparme —dijo Remus en cuanto los vio llegar. —¿Qué pasó con Filch? ¿Los atrapó?

—No, nos pudimos esconder a tiempo. —La diosa dijo mientras se servía el desayuno.

—Recuperamos el mapa, Remusin —, Sirius le informó a su amigo. —Aegea lo tomó antes de que saliéramos despavoridos.

—Wow, ¿cómo fuiste tan rápida? Según entendí, Sirius y Addy los sacaron en menos de veinte segundos. —Las miradas de todo el grupito se centraron en Aegea después de que Lupin terminara de hablar.

La griega se puso un poco nerviosa, pero no lo notaron todos.

—Solo usé mi varita —, mintió.

Todos asintieron y volvieron a hablar de otras cosas, excepto Adelaide. Ella recordaba haber visto la varita de su amiga en su túnica, decidió guardar silencio y mejor comer, ya luego investigaría. Después del desayuno cada quien se fue a cambiar la ropa sucia de ayer y a bañarse para luego seguir con sus obligaciones. Al ser fin de semana, muchos iban a Hogsmeade, pero otros se quedaban en el castillo.

GODDESS,   james potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora