xiv. the olympus

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XIV. THE OLYMPUS

                          A LA MAÑANA DEL DÍA SIGUIENTE, Lailah D'angelo recibió a Apollo en su casa

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                          A LA MAÑANA DEL DÍA SIGUIENTE, Lailah D'angelo recibió a Apollo en su casa. El dios griego se iba a encargar de llevar a los jóvenes magos a el Olimpo. Con ayuda de Aegea, Apollo había logrado entender cómo funcionaban los trasladores, así que ese iba a ser el transporte que iban a utilizar.

La griega iba bajando las escaleras cuando escuchó la voz de su familiar y la de las madres de su amiga charlando animadamente; se extrañó porque Apollo no era de relacionarse tanto con desconocidos y normalmente le incomodaba.

-Buongiorno -saludó Aegea llegando a la cocina ya lista y los tres adultos le devolvieron el saludo.

-¿Ya tienes todo listo, Gea? -Le preguntó Apollo.

-Sí, no te preocupes, ¿ya nos vamos?

-En un rato, solo esperamos a tus amigos. -Le respondió el dios griego.

-Vale, iré a ver si ya están listos. -Contestó la chica y se dirigió a las habitaciones donde estaban los jóvenes magos.

Estaba por abrir de una vez la puerta de la chicos cuando recordó que había un pequeño chance de encontrarlos en ropa interior. Así que quitó su mano de la manija color dorado y tocó la puerta dos veces esperando respuesta de sus amigos.

-Addy, si eres tú puedes pasar, si es alguien más no. ¡No les conviene verme en paños menores! -Se escuchó la voz de Sirius y Aegea aguantó una risa.

-Idiota, pueden ser sus madres -, habló James luego. -Métete al baño, anda. Sé que soy lindo, pero no eres mi tipo, Sirius.

-Oh, ¿y quién es tu tipo? ¿Aegea? -Preguntó Remus esta vez y la chica se puso roja mientras escuchaba todo detrás de la puerta.

-Oigan, ¿ya están listos? Estamos por irnos. -Habló por fin la griega ignorando la conversación anterior.

-E-eh sí, ¡ya vamos! -Contestó Potter. -Sirius mueve tu blanco trasero que ya es tarde.

James golpeaba la puerta del baño mientras Remus abría la puerta y dejaba pasar a Aegea al cuarto. Habían dos camas juntas con suficiente espacio para que los tres alcanzaran, los baúles de los tres en el piso y alguna ropa tirada por ahí.

Aegea se sorprendió al ver tanto desorden en un día que los tres magos habían estado ahí. No se imaginaba el desastre que podrían llegar a hacer en el Olimpo y que probablemente hiciera enojar a su familia. Sus nervios por fin comenzaron a afectarla mientras pensaba en sus compañeros corriendo por todo el lugar y quebrando cosas antiguas, verdaderas reliquias.

GODDESS,   james potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora