⊶1⊷

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Decir que se encontraba nervioso era un eufemismo. En teoría todo estaba en orden, su alarma no había fallado, la ducha le había quitado los resquicios de sueño y el traje le quedaba perfecto. Qué corbata y reloj usar había sido decidido el día anterior.

En realidad, no es que Namjoon fuera un persona metódica, el problema es que necesitaba que todo estuviera perfecto y a él nunca nada le salía perfecto. Era torpe, olvidadizo y un desastre en general. No supo atarse los cordones hasta que llegó a la universidad.

- ¿Listo?- Taehyung amablemente había ido hasta su pent-house a recogerle- ¿Quemaste algo?

- Todavía no.

- Yo sí- se miraron en una comprensión mutua de la inutilidad que compartían.

¿Qué hacían dos alfas en una ciudad desconocida estrenando sus nuevas viviendas con un incendio? Bueno, Namjoon había conseguido el ascenso de sus sueños y Taehyung, su fiel secretario, le había acompañado hasta Seúl dispuesto a protegerle de los jodidos esnobs de la capital. Era el mejor empleado que uno pudiera desear y un gran amigo.

- ¿Te perdiste al llegar?- Namjoon, el mayor de los dos, todavía no había conseguido su licencia de conducir a los veintiséis años. Pero hey, ¿quién se había graduado como el mejor de su promoción y había llegado a vicepresidente en dos años? Exacto.

- Vine en taxi, no quería perderme en mi primer día, está esperando abajo- aunque Daegu era la cuarta ciudad más poblada del país, Seúl la septuplicaba. Era hora punta y las largas horas atascados en el trafico solo consiguieron que a los dos alfas les dieran tics nerviosos, se sentían demasiado pequeños y paletos entre los rascacielos.

- Es aquí- les avisó el conductor servicial, salieron del auto tras pagar y entraron en el imponente edificio rígidamente.

- Ayer me tomé la libertad de explorar las nuevas instalaciones, permítame guiarle- Kim Taehyung era un ángel.

- Gracias, Tae- subieron al estrecho ascensor y llegaron a la planta más alta, la treinta. Mirar desde las paredes de cristal les dio vértigo.

- No esté nervioso- el alfa menor parecía notar su inquietud y a pesar de que no estuviera mucho mejor que él, quería aliviar su estrés- El gran jefe está muy satisfecho con su desempeño, por eso le han ascendido- caminaron distinguiendo varias salas lujosas de reuniones acristalas y entraron en la penúltima, siendo la última el despacho del gran jefe.

No habían visto a ese hombre en persona todavía, no obstante, les aterraba. ¿Qué persona en su sano juicio planearía el primer enfrentamiento en el día 1? Un psicópata que buscaba o dejarles en evidencia o asegurarse de que había hecho una buena decisión. Seguro era un alfa de sesenta que odiaba a su omega y tenía un hijo que no le hablaba.

- Buenos días- hizo una reverencia antes de siquiera atreverse a mirar el interior- Soy Kim Namjoon, segundo jefe directivo- se congeló en el lugar cuando llegó a él una cítrica esencia a miel de azahar.

- ¡Bienvenido!- Jung Hoseok, el gran jefe, le saludó efusivamente tomando su mano- Desde que las ventas aumentaron en un 50% en Daegu estuve interesado en usted, es un placer tenerle por fin aquí- su llamativo cabello rojo combinaba con su llamativa personalidad- Ese que te está asesinando con los ojos es Min Yoongi, nuestro primer jefe directivo y él es Kim Seokjin, su secretario.

No tuvo tiempo de procesar que su jefe era omega, el alfa frente a él, ese Seokjin que emanaba aroma a miel, le había dejado en un estado de estupor. A Namjoon le apasionaba el arte, era su hobbie ir a galerías, había visto todo tipo de pinturas y esculturas en su vida, incluso había conocido a un par de modelos que acompañaban a sus anteriores jefes en las fiestas importantes. En resumen, conocía los límites de la belleza. 

Secretary Kim, look at me! [Namjin]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang