⊶31⊷

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- ¡Secretario Kim!- Yoongi entró en su oficina hecho una furia- ¡Notifica al gran jefe que Jimin no irá a la gala!

- ¿Qué?- Seokjin abrió los ojos atónito. 

La gala era la fiesta de cumpleaños de Jung Hoseok. Pese a que había nacido el dieciocho de febrero, la atrasaba para que coincidiera con la lluvia de estrellas de finales de mes. Era una celebración a la que asistían todos los invitados que hubieran ayudado a la Casita Feliz a lo largo del año, pese a que su aportación fuera a veces cosas mínimas, como aquella omega que le dijo al pelirrojo por la calle que esos zapatos le quedaban de muerte. 

Por si no había quedado claro, ayudar al jefe era un equivalente de ayudar a la Casita Feliz.

No había nadie que no quisiera ir a la gala pues ahí se reunían ricos internacionales que eran potenciales benefactores, accionistas, viejos amigos de negocios, viejos enemigos de negocios, abogados, empleados que buscaban ascender, empleados de renombre que eran buscados por otras empresas y la lista seguía... Debido a eso, cada persona importante que se apreciara siempre le haría mínimo un favor a Jung Hoseok al año.

Que Park Jimin, el mejor amigo del cumpleañero, no fuera a la celebración de un pirado de las fiestas era grave e imposible, una incongruencia en la línea temporal.

- ¿¡Realmente debo repetirlo!?- el delta se ausentó de la habitación haciéndole creer que iría al despacho principal y llamó inmediatamente al esposo Min, la canción de Anaconda, su tono de llamada, le llevó al baño de omegas de esa misma planta.

- Disculpe- la mujer dio un respingo al verle esperando frente a los servicios- Park Jimin está dentro, ¿puede pedirle que venga? Es un tema urgente de trabajo- ella asintió en silencio algo atontada por su belleza. Los dos salieron a los pocos segundos, Min con la carita completamente roja del llanto.

- ¿¡Qué quiere ese idiota!?- le hizo una reverencia a la chica y se lo llevó a las escaleras- ¿A dónde vamos?

- Una vez dijo que discutir en la azotea le hacía sentir como en un dorama- el frío invernal que estaba a días de terminar les recibió quitándoles los últimos resquicios de sueño.

- Eres un cielo, hyung- no le importó que fuera un alfa y que estuvieran solos, le abrazó fuertemente necesitando su consuelo.

- ¿Qué ha ocurrido? ¿No desea asistir a la gala por un motivo personal?- Seokjin no estaba hecho de piedra, le devolvió el gesto llenándose de su dulce aroma.

- ¡Es culpa de Yoongi! ¡Es un idiota! ¡No, no es un idiota! Seamos honestos, es un genio- murmuró para sí mismo amándole demasiado como para maldecirle- Es un insensible, hyung, hoy antes de venir encontré mi traje de boda al fondo del armario y pensé: "Hey, me pregunto si todavía me quedará bien".

- ¿No le cupo?- Jimin le pellizcó la piel del brazo- ¡Auch! ¡Lo siento!

- ¡Me quedaba perfecto!- siguió su monólogo dramático, el viento logrando que su cabello ondeara casi igual que en un comercial de champú- Yoon me vio y me dijo- se dio un momento pues sus ojos deseaban lagrimear de nuevo- "Cariño estás precioso, ¿usarás ese traje en la gala? ¿Cuándo lo compraste?".

- ¿Se le olvidó que era su traje de boda?- el delta se llevó una mano al pecho ofendido.

- ¡Se le olvidó!- su rímel no aguantó la humedad y empezó a deslizarse por sus mejillas- Hubiera preferido que me engañara. ¡Yo ni siquiera uso blanco! ¡¿A que no?!

- No, usted varia entre colores oscuros y otoñales, le hace mejor figura y combina con su marido- sacó un espejito de su bolsillo y le tendió un pañuelo, sin hacer falta palabras el omega trató de arreglar su maquillaje- Los alfas no entienden de esas cosas, no distinguen el shiraz del crimson- Min no comprendía por que ese alfa seguía soltero, era perfecto... mas no era su hombre.

- Me enojé muchísimo y le grité que no iría a la gala, obviamente fue un farol- le confesó habiéndose tranquilizado- Quería hacerle sufrir un rato.

- ¡No lo soporto!- Yoongi salió a la azotea cual tigre liberado de su jaula- ¡He repasado mil veces todo lo que he hecho esta mañana! ¿¡Qué te ha puesto así!? ¡¿Qué he hecho mal?!

- ¡Hasta que no te des cuenta tú mismo no me dirijas la palabra! ¡Eres un desvergonzado!- el alfa se tiró de los cabellos al borde de la locura.

- ¡Nos despertamos y estabas bien! ¡Desayunamos y estabas bien! ¡Nos duchamos y estuviste muy bien!- Seokjin elevó las cejas y cruzó las piernas poniéndose cómodo, era un chismoso, sí, arréstenlo- Entré a nuestro dormitorio, te estabas probando tu traje de boda, vi el conjunto azul marino en la cama y dije: Cariño, estás precioso. ¿Usarás ese traje en la gala? ¿Cuándo lo compraste? ¡Y a partir de ahí me hiciste la ley de hielo!

- Ahhhh- el delta exhaló al mismo tiempo que el omega, dándose cuenta del malentendido.

- Mi amor~- Jimin abrazó a su marido culpable- Probemos ese nuevo restaurante que te encanta.

- ¿El que juraste que jamás probarías?- el jefe Min no sabía que estaba pasando pero si su omega estaba feliz, él era feliz.

- ¡Exacto! Oh- le devolvió el espejito al secretario- Gracias, hyung.

- No es nada- les despidió alegre de que el problema se hubiera resuelto, al bajar los tres a la última planta se cruzaron con el gran jefe.

- Hoseokie, tu empleado ha salvado mi matrimonio, asegúrate de hacer un brindis por él en la gala.

Seokjin se arrepintió de ser amable, su omega favorito le había apuñalado por la espalda, la vida le odiaba, el destino estaba en su contra, su corazón se hizo piedra. ¿¡Brindis!? ¿¡En serio!? ¡Él planeaba estar cinco minutos y largarse a su apartamento a la mínima oportunidad! ¡Si debía agradecer el brindis tendría que quedarse toda la noche! Gritó internamente de frustración. 

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Secretary Kim, look at me! [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora