CAPÍTULO 2

26 2 1
                                    


Entré callada y tímida a la vez, sin quitar mi mirada al frente. Como si todos los demás no existieran.

Mi clase era muy poco ruidoso, sin casi murmullos. Tengo que decir, que casi nada. Era algo tranquilo, pero tenebroso. Las personas de este horario, me dan miedo. La mayoría parecieran mayores que yo o eso creía.

Podríamos decir que hay muy pocos alumnos aquí.

Las chicas son algo, engreidas por así decir, charlatanas, lindas, y con un envidiable cuerpo. Aparte de que llevan una vestimenta bastantes revelativas para su edad.

Los chicos, la mayoría de ellos son silenciosos, callados, con una mirada penetrante y oscura en sus ojos. Misteriosos entre sí.

Caminé hacía el asiento más lejos del salón, sin decir nada. Lo único que había dicho era un "Buenas noches" a mi profesor y nada más.

•••

Tratamos de Ciencias. Algo interesante, pero no tanto como en mi anterior colegio de mi pueblo natal. A pesar de estar más de una semana aquí, siempre es todo igual.

Pero tampoco me he animado a decir una palabra a nadie y me alejo de todo. Siempre con miedo...

Estúpida de mí...

Tocó la campana a la cual todos salimos. Lo primero que hice, fue dirigirme hacia el patio trasero del colegio. Ahí nunca hay nadie, solo casi siempre veo a un chico alto con capucha negra. Como si estuviera vigilando cada movimiento de todo el mundo.

Es extraño, pero no le doy importancia.

Aproveché a leer mi pequeño libro, domde lo tenía en mi mochil. Cuando de pronto, un frío, una sensación bastante rara en mi cuerpo me helara mi sangré. Como si un simple viento, dejara mi mente en blanco, vacío. 

Otra vez, veo mi recuerdo en mi cabeza. ¿Cómo es posible que recuerde algo que jamás pasó?

•••

El escalofrío paso y el timbre tocó. Decidí salir de allí y volver a mi clase. Pero tres personas impidieron que entrara. Sinceramente no sabía qué hacer. Eran altos, algo musculosos, firmes. Me daban algo de miedo.

- ¿Qué quieren? - Sonaba algo inquieta con una sonrisa falsa.

Uno de los tipos a mi izquierda, solo me miró con una mirada profunda que sin duda podría describir.

- Quiero que te olvides de ese recuerdo. - Espetó cruzandose de brazos, sin ninguna expresión en su rostro.

- No sé de qué me estás hablando. - Respondí.

- Sabes a lo que me refiero - Dio un paso hacia mí, a lo que retrocedí inmediatamente.

- Entrégame la daga junto con tus recuerdos y te dejaremos en paz. - Su voz parecía furiosa, algo que me decía, que ésto no iba a terminar nada bien.

De un ligero movimiento, tomó mi brazo con brusquedad, a lo que ahora me sentía asustada y mis piernas tambaleaban.

- ¡Déjame en paz! - Grité. - Pedí ayuda para que alguien me escuché, dirigiendo mi vista hacia... nadie.

¿Cómo es posible que no haya nadie? Las personas de ahí, solo se esfumaron.

Mi vista ahora estaba en la de ellos,  específicamente, al que sostenía mi brazo con brutalidad, lastimandome.

Solo éramos yo y ellos tres, amenazandome a que le entregue esa rara daga y recuerdos.

Espera, solo estoy alucinando. - Me dije a mí misma. - Es solo un sueño... una pesadilla. ¡Una maldita pesadilla!

Estaba horrorizada. Ahora mi cabeza  escuchaba gritos de niña sollozando, voz de mi... padre.

¡No otra vez, no! ¿Estoy en mis recuerdos de nuevo? ¿Qué pasa con ésto?

HOUNDTERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora