CAPÍTULO 14

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IMÁGEN DE DYLAN:

Hoy no había clases, por incovenientes del colegio, raro ¿no?
Por eso es que mi compañero hará una pequeña fiesta en su casa, Dylan.

Me costó demasiado aceptar la invitación, pero fui convencida por Fiorella. Ella siempre consigue lo que quiere.

Lo haría a partir de las 9pm, así que, ahí estaba... lista para la diversión.

Marcus y Fiorella me esperaban fuera de mi casa. Esos semejantes bocinazos que tocaban al lado, me hacían poner nervisosa aún más de lo que estaba.

- No tenemos todo el día, amiga. - Escuché la voz de Fiorella de lejos en el coche. Mientras que al lado miraba a Marcus.

Hecho un galán. De lo poco que lo veía, alcancé solo ver su prolíja y planchada camisa color blanca. Su cabello estaba para un lado de su izquierda, casi mojado, pero peinado.

- Ahí voy. - Antes de salir de casa, recordé recoger mi celular y cartera de auxilios, quién sabe. Ya lo estaba olvidando.

Subí al coche, al asiento de atrás. Y nos dispusimos a dar una pequeña charla entre amigos antes de llegar a nuestro destino. Eran muy divertidos. Cantamos mi canción preferida, Shape Of You. Adoro sinceramente.

Llegamos a casa de Dylan con su... TREMENDO FIESTÓN. ¿Qué clase de fiesta era esa? Había dicho que sería una pequeña fiesta, no una de miles de personas dentro.

Y sí, hacía era. Miles y miles de personas, algunas familiares... Pues, era la mitad del colegio. Todos estaban allí.

La casa tenía dos pisos, una casa muy peculiar. Era muy arquitectónica, pintada de marrón claro. Enorme... no eran de mis gustos. A mí me gustan las casas rústicas y simples. Pero puedo decir que sus padres y él son... millonarios.

Escuchaba la fuerte música electrónica de fondo. Miraba a las personas bailando sin importar nada y bebiendo.

Me ofrecieron una bebiba alcólica a la cuál negué con la cabeza.

- Oh, vamos Isabella... diviertete. - Me dijo Fiorella, pegando amistosamente mi brazo.

Marcus se alejó de nosotras, saludando aquellos amigos que tenía, supongo.

Sin darme cuenta los miraba, viendo cada acción de ellos. Eran cinco chicos allí con Marcus. Eran bastantes guapos, si tengo que decir la verdad.

El chico de al lado me mira en un momento y por desgracia se acerca a mí. ¿Cómo iba a reaccionar? ¿Qué hago?

- ¡Hola, chica! - Me saludó sonriente, levantando su barbilla levemente.

- ¡Hola! Tú eres... - Dije, esperando que me diga su nombre.

- Dylan. - Sonrió. - ¿Tú? - Me preguntó.

- Isabella. Un gusto Dylan. Entonces eres el dueño de ésta casa, ¿verdad?

- Sí. Pues mis padres se tuvieron que ir de viaje por trabajo y yo me quedé aquí. - Siguió. - Como hoy no había escuela... - Levantó su vaso con bebida hacia mí, de forma brindis. - Decidí hacer ésta fiesta. Solo quería divertirme un rato. - Me guiñó el ojo algo coqueto. ¿Estaba coqueteando conmigo?

Sonreí nerviosa.

Dylan se fue sin despedirse de mí a seguir saludando cada persona me entraba allí.

Ahora estaba completamente sola. Fiorella había desaparecido por completo de mí, mientras que Marcus estaba con sus grandes amistades según él...

Fui a la cocina en busca de una bebida, hoy tenía que divertirme. Tenía que olvidar todas esas cosas que pasaban en mi cabeza.

Bebí una bebida roja color sangre, era fuerte y ardía por poco mi garganta. Pareciera un Vodcka o un Tequila, no lo sé. Pero me dió placer seguir tomando. Más y más.

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