CAPÍTULO 36

3 2 4
                                    


Con las tontas señas que le hacía desde arriba, trataba de hacerle entender que me había quedado encerrada. Pero era estúpido y sumamente, vergonzoso.

Pero no iba a quedarme ahí...

- Oh, claro... me he olvidado de reparar el picaporte. Lo siento... - De lo lejos, pude notar que reía a carcajadas. - ¿No puedes salir? - Asentí. - Iré por tí, espérame.

Habían pasado ya diez minutos desde que Noah me había dicho que vendría a sacarme de aquí.

¡DIEZ MINUTOS...!

Escuché al otro extremo, que alguien entraba a mi cuarto, cuando la puerta del baño hizo un tok tok.

- ¿Eres tú?

- No, Freddy Krueger que viene a matarte. - Noah sacó una chistosa risa de su boca al otro lado.

- Que gracioso. - Rodee mis ojos, aunque de igual manera, no podía verme. - ¡Abreme!

No obtuve respuesta, pero al instante, sentí como la puerta daba golpes y forcejeos, cuando de pronto en segundos... desapareció.

- ¡¿PERO QUÉ HAZ HECHO?! - Le grité totalmente molesta y quería golpearle su hermosa cara ahora mismo.

- ¿No querías que te sacara? - Via a Noah con la puerta en sus manos, como si no pesara absolutamente...

Nada...

- ¡SÍ, PERO NO PARA QUE ME ARRANCARAS LA PUERTA POR COMPLETO! - Me veía furiosa e idiota a la vez. Seguía envuelta en una toalla dejando que él, notara mis pequeñas partes descubiertas de mi cuerpo, a lo que me avergonzaba.

- Lo siento, Drey. Lo repararé, no te preocupes. - Una sonrisa tranquila me regaló, dejando a un lado la puerta que había arrancado.

- Ah, sí. ¿Y cómo tonto? - Me encogí de hombros.

- Ya deja tus dramas. Cambiate y saldremos. - Antes de que se vaya de la habitación, sus ojos se clavaron en mí, mirandome de arriba a abajo.

Sentí mis mejillas arder, a lo cual, suponía que me había sonrojado y él se dio cuenta, pero solo me regaló una sonrisa. Una hermoaa sonrisa acompañada con sus pequeños y tiernos hoyuelos.

- Te esperaré abajo. - Me guiñó el ojo coqueto, cuando se retiró de la habitación.

•••

La nueva universidad, (Rawson Derk) es fabulosa. Hace unos días había entrado y sinceramente, me siento súper cómoda y feliz.
Estaba segura, que mis padres estarían oegullosos de mí.

Noah, me ha enseñado nuevas cosas. Las defensas las he mejorado, ahora puedo ser más atenta a mis reflejos y golpes. Poder controlar mis recuerdos, ha sido bastante difícil, pero lo estoy consiguiendo. Ya no he tenido pesadillas ni momentos en que los recuerdos me invadan mi cabeza.

Todo está en calma y eso es bueno...

Hasta ahora...

Noah y yo, todavía no hemos sabido de Marcus ni de Lucas. Él ha dicho que nada de eso es bueno. Podrían estar planeando o tramando algo en cualquier momento. Y no nos sorprenderíamos a que tengamos que estar alerta, cuando aparezcan pronto. Esas palabras hacía que aparezcan mis inseguridad. A que vuelva el miedo...

Pero ahora estaba dispuesta a arriesgarme. La ira que tenía con los demonios y sobre todo, con Lucas e incluso Marcus, no me podían. Honestamente, me descontrolaba.
¿Cómo era posible que mi supuesto mejor amigo, resultaba ser un demonio que quería matarme o mejor dicho, llevarme al Infierno?
No me había esperado nada de eso, ni menos de Marcus.

Eso me hacía pensar que no debía confiar en nadie, más que en...

Noah.

Debía no estar mucho en contacto con mis mejores amigos... Fiorella Dante y Austin Cooper. Si estaba demasiado tiempo con ellos, estarían en peligro.

Tal vez, demás demonios los tomarían como rehénes para perjudicarme y así, para que los dejen en paz, me entregue.

•••

- ¿Entrenamiento? - Pregunté devastada. El agotamiento de tantos estudios, hacían que mis piernas me tambalearan, suplicando que tome un descanso.

- Sí. - Respondió seco, pero su expresión fue linda.

- Oye, estoy demasiada cansada. Ten piedad, por favor. - Mis brazos estaban sueltos para abajo, cuando finalmente, me tiré vagamente a la cama. A la comodísima cama, que me esperaba para que descansara.

- ¿Piedad? - Su voz sonó burlona. - Un demonio teniendo piedad, es algo bastante estúpido. Pero, si es por tí... está bien. - Rodeo sus ojos.

- Gracias. - El agradecimiento que dije, fue dificil de escuchar. Mi boca estaba casi enterrada en la almohada suave y fría, que también el cansacio perjudicó mi voz. Mi cuerpo se relajó de inmediato y mis parpados tan pesados, ahora estaban cerrados. Finalmente, cai rara vez en el profundo sueño, ignorando totalmente la presencia de Noah a mi lado.









HOUNDTERSTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang