CAPÍTULO 30

3 3 3
                                    


IMÁGEN DE BETTY:

- ¿Te gusta ésta? - Tomaba una blusa beige preciosa del mostrador con perchas.

- ¡Me encanta! - Sonreí. - Pero, está demasiada cara. - Mi cara de volvió a una desepcionada.

- Ay, no te preocupes por eso.

•••

Caminamos de par en par a cada tienda que había. Era algo que me encanta hacer con Fiorella... Era divertido.

- Me lo iré a probar. - Me guiñó el ojo.

Asentí.

Deslizó la cortina del probador de ropa y la vi puesta con un vestido rojo ajustado, notando sus envidiables curvas de su cuerpo.

¿Quién no se enamoraría de ella?

- ¿Y...? - Esperaba mi respuesta.

Antes de contestar, alguien detrás mío, interrumpió.

- Deberías ponerte otra. - Escuché una voz femenina sonando algo burlona.

Ambas volteamos a ver, viendo a Betty. La mismísima, Betty y sus dos patéticas amigas.

- ¿Qué quiere decir con eso? - Fiorella la miró desafiandola.

- Que te queda horrenda. - Rieron todas mirandose entre ambas.

- ¡Eres una zorra! - La voz de Fiorella fue con mucha brusquedad con la intención de golpearla o eso creía, porque se acercó a ella de inmediato.

- Pues, tu eres más zorra cuando te justas con MI novio.

- Solo somos amigos, Betty. - Le dije manteniendo la calma. Honestamente, no quería tener problemas. No quería armar una escena de celos solo por mi mejor amigo Marcus, quién realmente lo quería demasiado.

- ¡Tú cállate, Isabella! - Se acercó a mí. - Eres la menos indicada para decir que solo son "amigos" - La última palabras la recalcó más, levantando su voz y haciendo unas comillas con sus dedos.

- No sé de qué te quejas, cuando realmente andabas coqueteando con Noah hace unos días, ¿O me equivoco?

- ¡PERRA! - Gritó con ira. En cuanto dijo eso, sentí un ardor inmenso en mi mejilla a lo que fue una, bofeteada que me dio.

Sentí como unos pasos bruscos y fuertes que aproximaban a mí y a Betty, quien era Fiorella.

Amarró su cabello con brusquedad haciendo que grite escandalosamente. Ella también hizo lo mismo, a lo que me metí para separarlas. Pero no fue posible...

Finalmente, había escuchado a la dueña del local, llamar a la policía. A lo que me puso completamente en pánico.

- Fiorella, nos tenemos que ir. - Grité tratando de parar sus golpes hacia Betty, quien se encontraba debajo de ella. - ¡FIORELLA, NOS TENEMOS QUE IR, AHORA! - Grité más fuerte para que me escuchara. Ella paró sus golpes, rabiosa, despeinada y con su vestido puesto todavía.

- Está bien... - Bufó y corrimos lo que más pudimos dejando atrás a Betty y sus amigas para que no nos alcance la policía, que se escuchaban de fondo a unas cuadras de allí.

Estaba en pánico al igual que Fiorella. Eran las 8pm de la noche, a la cual no queríamos seguir avanzando solas por la calle hasta una de nuestras casas. Tomamos un taxi, a lo que nos adentramos enseguida.

Mientras el hombre canoso y callado nos llevaba rumbo a mi casa. La voz baja, de Fiorella resonó mis oidos.

- Amiga... - Su voz no parecía normal, estaba nerviosa y asustada.

- ¿Ahora, qué? - Fruncí el ceño mirandola a los ojos.

- ¿Trajiste dinero? - Suspiró nerviosa.

- Am-h, no traje nada. Ya te he dicho que tú ibas a pagar todo ésto... además te dije que te iba a devolver el dinero, en cuanto pueda. ¿Por qué? - Pregunté esperando una respuesta, a lo que con solo escuchar su voz, me asustaba. No era nada bueno...

- La billete... billetera... creo que la olvidé en la... la tienda. - Su cara se volvió a una asustada y con pánico. - ¿Ahora que... que hacemos?

Maldije entre dientes, casi inaudible por lo que me acababa de decir Fiorella. Tenía razón... ¿Qué haríamos ahora? ¿Cómo pagaríamos el taxi? Pero después recordé...

Noah.

- ¡Tranquila! Le pediré a Noah que lo pague. - Sonreí para calmarla.

- ¿Noah sigue en tu casa? - Frunció el ceño a lo que me demoré unos segundos en contestar. Me ponía demasiada nerviosa esa pregunta. No quería que lleguen a pensar que éramos algo más. Aunque eso era lo que más deseaba...

- Luego te cuento. Ahora no...

- Para mí hay algo más entre ustedes y no quieres decirmelo... - Una sonrisa pícara apareció en su rostro.

...Lo que más desean ambos es tener algo más...





HOUNDTERSWhere stories live. Discover now