CAPÍTULO 40

4 2 1
                                    


Una tormenta se aproximaba, escuchando los estruendosos y fuertes truenos del cielo, con las grandes luces de aquellos relámpagos que iluminaban el lugar en el que estabamos. La luna seguía allí, roja con la sangre, intensa e intacta, aunque las grandes nubes negras que poco se veía por la noche oscura y terrorífica, la ocultaba de vez en cuando.

La lluvia no tardó en caer e hizo que me empapara al igual que Lucas, que estabamos conectados con una mirada desafiante y oscura. La mía, la trataba de contener fija a los suyos, pero no era fácil. Era penetrante y negra como la noche, brillaban como una estrella, pero quemaba y ardía de furia o eso parecía.

Su rostro era temible y me mataba lentamente con solo mirarme. Mantenía mi cuerpo y cabeza firme, para no demostrarle temor.

¡TRATABA!

¡Pero de seguro, él lo sabía todo...!

- ¿Qué significa eso? - No lo entendía. Ya me estaba entregando y solo preguntaba el gran imbécil, "¿Así de fácil?". Me había hecho pensar que Noah no vendría.

Pero me HABÍA hecho pensar. No quería creer que estaba sola con Lucas en medio de un bosque y a mi lado un gran precipicio. La gran tormenta eléctrica, me ponía en pánico y no quería tampoco que me cayera un rayo en medio de mi cabeza.

Lo que me faltaba...

Una risa maliciosa de parte de él, me hizo temblar aún más con un escalofrío que recorrió totalmente mi cuerpo. - Realmente no te necesitamos. - Caminó hacia mí, quedandonos a dos metros de distancia. - Te quiero muerta. - Ahora, mi reacción no fue la más buena en demostrarla, pero realmente estaba furiosa.

El miedo se perdió y ahora moría por matarlo. Cueste lo que cueste.

- Me quieren en el Infierno, ¡¿QUÉ ESPERAS?! - Mi tono era airado y estremecedor.

Ahora, me desconocía.

- Mi padre. - Respondió. - Yo no. - Se adelantó, a lo que retrocedí con mis firmes pasos, quedando a solo unos cuantos centímetros del inmenso agujero negro, que parecía sin fin.

No le respondí, pero mi mirada era desafiante y profunda, pero no más que la de él.

- Me tienes miedo. - Una carcajada infelíz largó de su repugnante boca.

- ¡En absoluto, Lucas! - Solté una risa irónica. - Eres un traidor. - Dije entre dientes. - Le haz robado el puesto como hijo legítimo a Noah. Y el gran estúpido de su padre, lo aceptó. Nadie te quiere, aceptalo y ya. - Seguí riendo.

- Oh. ¿Estamos hablando de tu novio o de tí? Porque con gusto te diría la verdad sobre todo de él. - Un paso cauteloso dio retrocendiendo aún más hacia atrás.

¡ME CAERÉ!

¿La verdad sobre qué? ¿Sobre Noah? Estaba segura que él jamás me mentiría y tampoco quería creerlo ni saberlo. Lo amaba con el alma, como para que me traicione o me mienta.

- ¿Qué quieres decir con la verdad? ¿Verdad sobre QUÉ LUCAS? - Recalqué mis últimas palabras levantando mi voz.

- Eres lo bastante estúpida como para creyeras ese cuento de que iba a preguntarles a los ángeles caídos sobre mí. - La carcajada fue tan fuerte que me hizo estremecer y quedarme paralizada. Paralizada en el sentido de saber el porqué lo decía. ¿Creerme ese cuento que en realidad no iba a investigar sobre ellos? Oh, no. Lo sabía todo el infelíz.

De seguro, los ángeles caídos le contaron todo o bien, nos tenían bajo figilancia a ambos. Estaba casi segura que eso iba a pasar...

- Lo sabías... - Sorprendentemente, mi rostro estaba asombrado e impactado a la vez.

- Él jamás ha ido allí y no creerás con quién ha estado... - Eso hizo preocuparme aún más y las ánsias de saber dónde está ahora mismo, era inmenso. Pero, por otro lado, no quería saberlo.

- ¡DIME! - Grité más fuerte furiosa.

- Adivina, adivinador. - Sacó una sonrisa pateando levemente una piedrita del suelo mientras se cruzaba de brazos.

¿Cómo iba a adivinarlo? No soy la genia...

- ¿Crees que ésto es una broma? - Pregunté fastidiada con mi rostro ahora neutral, pero por dentro iroso.

- Te daré una pista. - Inhaló levemente el frío aire de la noche. - Alguien que odias mucho. - Sus ojos se clavaron en mí fijamente al igual que los míos a los suyos.

¿Marcus? No, jamás estaría con él. De seguro, es solo una trampa de Lucas, para que me aleje de Noah y planear algo. Aunque no lo sabía, pero mis instintos, dicen que sí.

Espera...

Algo me decía que sí...

¿Betty Malcom?





HOUNDTERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora