CAPÍTULO 6

8 3 2
                                    

Sentí unas manos posar mi cuello con brusquedad, a lo que me impidía respirar bien. Mis ojos estaban como platos y mi cuerpo estaba algo débil, sin fuerzas.

Forcejeaba con desesperación, tratando de poder soltarme de su agarre, pero de un tiro, me levantó al aire y dejó que pies dejaran de tocar el suelo.

- ¡Suel.. ta.. me! - Estaba a punto de caer rendida. Cuando sus manos me liberaron de golpe, dejándome caer bruscamente al piso.

Traté de recuperar el aliento y respiración que me faltaba.

Iba a ponerme de pie, pero un brutal golpe en mi vientre, hizo que me desplomara aún más al suelo.

Fijé cuidadosamente el rostro del tipo, dejandome ver a...

Lucas.

Aquél tipo de mis recuerdos.

Se veía furioso, con rencor. Su respiración era agitada y entre cortada. Pero, algo en él había triste por lo que podía ver.

Pude ver una lágrima derramar en su mejilla, con su expresión de furia y tristeza a la vez. Me concentré tanto en su mirada, que no me di cuenta que un movimiento a otro, me desplomara otra vez, sintiendo ese mismo dolor punzante en mi vientre.

Grité y cerré mis ojos con fuerza, dejando ver negro mi vista,  esperando otro brutal golpe, aquel que sentiría de nuevo.

Pero algo o alguien, hizo que cayera al suelo.

Abrí mis ojos llorosos y de temor. Mi vista ahora estaba a la de otro tipo. Pero mi visión tan borrosa y oscura, no me dejaba verlo con claridad.

Traté de ponerme de pie para componerme, pero mi estado me lo impidió. El dolor seguí y dolía.

El hombre que estaba allí, procesando lo que había ocurrido, no dudó en acercarse hacia mí.

Tomó uno de mis brazos para poder levantarme, pero se lo impedí.

- ¡DÉJAME! - Grité desesperada. No quería que nadie me tocara. Estaba asustada y abrumada.

Tenía miedo...

- No te haré daño. Tranquila. - Afirmó en un susurro seguro. - Déjame sacarte a aquí. Te ayudaré. - Su voz me hizo pensar que podía confíar en su palabra.

Me levantó en sus brazos con demasiada delicadeza, para no lastimarme.

Me pareció raro, pero nada que me preocupara. Sé que estaba con un extraño, pero necesitaba ayuda. Moría de dolor y necesitaba ir a un hospital.

Podía oler su rico aroma a vainilla en su ropa negra. Sintiendo esos brazos fuertes, grandes, largos y musculosos.

Su cabello era negro y su piel era algo morena. Sin embargo, no pude ver su rostro.

Me sentía muy cansada y sin fuerzas.
Mi cuerpo tan tenso, ahora se relajó en sus brazos, cerrando lentamente mis ojos. Sin importar nada de lo que pasara.

Finalmente, casí desmayada.

HOUNDTERSWhere stories live. Discover now