CAPÍTULO 18

1 2 0
                                    

Hoy teníamos exámen y ahora mismo pediría que me maten para no realizar, esa odiosa y detestable materia... Matemáticas. - Reí mentalmente ante mi comentario.

Ya no realizaba las tareas, estaba segura que iba a reprobar. Apenas, había estudiado solo dos días.

Salía cuando quería, no hablo con nadie, a no ser con Marcus y Fiorella en el colegio y bueno... estoy con un psicópata que me persigue para donde quiera que sea y además es un demonio del infierno. ¡Todavía no acabo de entender todo! ¿Por qué a mí?

Ser "sagrada", como dice mi padre y Noah, me tiene completamente loca. Pertenecer a la Jerarquía celestial y al mismísimo Infierno que tanto temo, es una locura.

Sé que Noah me proteje de todo eso, porque según él, le hizo un juramento sagrado a mi padre para que esté a salvo. Pero no cambia que me moleste y lo deteste...

Había dicho, que había traicionado a su padre... Satán, porque estaba harto de estar allí. Lucas... ese bastardo, que también odiaba, era un demonio. Él siempre fue el favorito de su padre, más que a él... su único y biológico hijo, Noah.

Por eso es que se fue del Infierno y habló con Gabriel, ángel de Dios, el mensajero celestial. Había dicho toda la verdad, pero no le creyeron. Fue encadenado por años o tal vez, siglos, para que le crean y sea un miembro de Dios.. que eso era lo que quería... ser alguien de Dios. Podría ser alguien quien lo ame.

Pero por parte de él, sería absurdo que le creyeran, ya siendo un demonio e hijo de mismo Satán, enemigo de Dios.

Pero a medida que pasaron los siglos, finalmente no hubo respuesta, pero sí hubo un trato con los ángeles. Sobre... mí.

- Señorita Drey... si no le interesa realizar el exámen, se puede retirar de mi clase. - El profesor Morgan interrumpió mis pensamientos. Desvié mi mirada para verlo y prestar atención a lo que me decía.
No lo había escuchado, ¡Mierda!

- Amm.. ¿cómo? - Pregunté nerviosa, viendo que tenía a todas las miradas de mis compañeros en mí.

- Le pediré que se retire ahora mismo de mi salón. - Habló formal.
Dandome a entender que lo decía en serio. Y muy en serio.

- Hay una explicación, profesor. - Rogué como estúpida. Él negó con la cabeza.

- Profes... - Estaba roja de la vergüenza y no sabía qué decir.

- ¡Ahora! - Un grito leve del profesor retumbó mis oidos.

Me levanté cabizbaja de mi asiento y salí rapidamente del salón.

Estaba con el director Williams, quería llamar a alguien quién me recogiera y firme como tutor.

No sabía a quién podía llamar y eso en la cabeza se me venia el nombre... Noah. Él podría salvarme de aquí ahora. Sabía su número de teléfono, porque me lo había dado hace unos días, por si acaso.

Tenía registrado su número en mi celular, así que lo llamé completamente nerviosa y furiosa a la vez. ¡Todo es mi culpa!

- ¿Isabella? - Su voz parecía que estaba preocupado.

Se me había hecho raro que no haya asistido a la escuela, ajnque de igual manera no debería. Porque solo se hizo pasar por menor con sus trucos de demonio... Pero había agradecido que no haya venido, solo que ahora sí, lo necesitaba.

- Necesito tu ayuda. - Sonaba súper nerviosa. Hoy había discutido y ahora le estaba pidiendo un favor. Qué estúpida.

- Oh, ya veo. - Rió. - Me odias, que me dices que no quieres verme más, y ahora ¿me pides tu ayuda? - Siguió riendo.

- Lo siento. Es que me sacaron del salón y ahora necesito que me vengas a buscar. - Dije.

- ¿Y eso? - Me preguntó curioso.

- ¿Vienes o no? - Ya me estaba fastidiando.

- En cinco estoy. - Finalmente colgó.

Noah ahora me llevó a casa. Estaba completamente agradecida de haberme sacado de esa avorgonzada situación. No estaba acostumbrada a que me saquen del salón... mamá ahora mismo me mataría, si se llegara a enterar de todo ésto.

- Gracias. - Hablé por fin, después largos minutos sin hablar del tema. Saqué una sonrisa tímida. Tratando de expresar lo agradecida que estaba con él. A pesar de todo...

- Es mi deber cuidarte, quieras o no. - Habló seco y frío, mientras colgaba su chaqueta negra de cuero en el perchero del living. - ¿Qué es lo que ha pasado? - Se cruzó de brazos, mirandome fijamente.

- No es nada... - Iba a decirle lo que pasó, pero era de importancia para él.

- ¿Nada? Dijiste que te sacaron del salón. - Levantó una ceja.

Bufé.

- No presté atención a la clase y ya. - Fui camino a mi habitación, cuando escucho detrás la voz de Noah.

- Sé en qué piensas... - Se acercó a mí, lento. - Y es doloroso. Tus padres han muerto y te haz quedado con un tipo que dice ser un demonio y que ni siquiera lo conoces... La historia detrás de todo ésto, eres tú y sabes a lo que me refiero. - Finalmente paró en seco, quedando a centímetros de mi. - Pero, dejame cuidarte y estarás a salvo.

No hablé ni un segundo, entendiendo cada palabra que decía.

- Necesito que confíes en mí. - Haciendome sentir sus delicadas y grandes manos, rozar mis pequeñas mejillas. 

Una lágrima recorrió por una de ellas, recordando cada momento lindo de otros tiempos. Nada de ésto era lo mismo y lo odio. Desearía que todo fuese como antes... en mi hogar, mi dulce hogar, donde yo nací... Brinterh Dous. Nada de allí era como ahora, en Houndters.

Ojala nunca hubiese sabido nada de ésto.

🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡

¡¡Hola!! Espero les haya gustado éste capítulo. Lo dspero con todo mi corazón, saludos ~

Pov: ¿Cómo te lo imaginas a Noah?

(¡¡YO UN BOMBÓN!!) 😂

HOUNDTERSWhere stories live. Discover now