CAPÍTULO 3

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IMÁGEN DE LUCAS:

No, pareciera que estuviera en mis recuerdos.

Parecía real...

Los gritos de esa niña desconsolada me estaban volviendo loca. La voz de alguien tan familiar, hizo prestar atención de inmediato.

La de mi padre.

¿Qué tiene que ver mi padre con mis recuerdos?

•••

De un momento a otro, giro mi vista a la de aquellos tipos, pero no estaban. Parecía que habían desaparecido por completo.

Detrás mío, escucho una voz ronca, grave y masculina a metros de mí. Una tan familiar que había deseado hace tanto tiempo, escuchar. Mis ojos se conectaron con la de mi padre.

Pero, mi padre estaba muerto, no es posible...

- Se que me necesitas, hija. Pero quiero que te mantengas a salvo de todo ésto. No dejes que te borren esos recuerdos, tampoco dejes que te lleven. Eres sagrada para ellos. - Su voz parecía tranquila.

- ¿Papá? - Mi voz se entre cortaba, cuando una triste lágrima recorrió una de mis mejillas. - ¿Qué está pasando? - Finalmente rompí a llorar, dandole un fuerte abrazo de amor, compasión, dolor y sufrimiento.

Había extrañado mucho a papá.

- Noah ha hecho un juramento de mantenerte a salvo. Él te protejerá, hasta su mismísima muerte, si es necesario. Confía en él. - Sus ojos estaba clavados en mí, aún sosteniendome en brazos.

- ¿Quién es Noah? ¿Qué es eso de... recuerdos y daga? - Pregunté.

Iba a alejarme, para mirarlo mejor, pero desapareció esfumandose con un humo negro e irreal.

¿Estaba alucinando?

No lo creo. Parecía real, éra real.

Caí rendida al piso. Mis lágrimas no podían contenerse, quería, pero no podía. De igual modo, no me importaba.

Quería gritar de rabia y tristeza. Mi papá de nuevo se había ido y esos recuerdos horribles volvieron a suceder.

Siempre podía ver sangre, esa simple niña y mi padre, ensangrentado con sus manos detrás encadenadas. 

Traté de recordar algo de ello. Cuando no me dí cuenta que estaba en mis recuerdos otra vez. No me importaba salir, no ahora. Quería saber qué es lo que pasaba, y quienés eran ellos.

•••

- Entrégame a Isabella. La dejaremos en paz cuando nuestro padre haga el pacto sagrado oscuro. ¡SABES MUY BIEN QUE NO ES CUALQUIER NIÑA! - Gritó con rencor. - Es peligroso tanto para tí, demonios y hasta para ella.

- ¡NO TE DARÉ A MI HIJA! Sé lo que harán. - Jadeó. - ¡La matarán y me la entregarán muerta! - Gritó mi padre con mucho furia y dificultad. Se sentía débil y sin fuerzas.

- Negan... - Se acercó a él viendo como una sonrisa burlona hacía enfurecerse más. - Es lo mejor para tí y para tu hija. - Tomó su barbilla para que lo mire a sus ojos. - No me digas que ahora le haces caso a tu padre. Aunque ruegues el perdón, nunca lo tendrás - Gritó - Nos traicionaste. Como siempre lo haz hecho.

Finalmente le pegó un puñetazo, con tanta fuerza, que no podría imaginar el dolor que estaba pasando.

Mi padre solo gruñó sin decir nada.

- Ahora entrégame a la niña, la daga y te dejaremos en paz... para siempre. ¿O eso no es lo que quieres?
- Su tono triste falso, me hizo estremecer.

- ¡No te la daré y punto Lucas!

Él le hizo seña con la cabeza a su compañero de al lado, quien estaba detrás de mi padre. Alcancé a ver un cuchillo plateado, brillante, con relieves y letras raras a su alrededor.

Colocó su cuchilla en la garganta, a punto de cortarle el cuello.

- ¡HAZLO! - Gritó tan fuerte, asustado, que me daba miedo.

Aquel Lucas, solo asintió al que estaba apuntando. Y finalmente, pude ver cómo moría lentamente de dolor. Cayó al suelo, dejando ver sus ojos completamente abiertos.

Estaba muerto...

¡No puede ser! ¿Mi padre murió frente mío de muy pequeña?
Si tanto me querían... ¿Por qué no me tomaron?

¡Estaba allí, a metros de ellos! ¡Los tenía ahí!

HOUNDTERSWhere stories live. Discover now