CAPÍTULO 32

7 2 4
                                    


- Tranquila... no te haré daño. - Me levanté de un salto para dirigir mis vista hacia él, quién todavía estaba sentado allí. Su voz tan tranquila, me hizo pensar que no era nada bueno lo que haría.

- ¿Qué quieres Lucas? - Tomé el valor de hablar, pero no fue tan fácil. Mi voz no podía...

- A tí. - Se levantó del banco lentamente. Haciendo que retrocediera varios pasos hacia atrás.

Sabía lo que quería, pero no dejaría que me llevaran...

- Eso no pasará. - Mi corazón se aceleraba y respiraba con dificultad. - ¡Dile a tu padre que me deje en paz...! - Grité tan fuerte que mis cuerdas vocales se iban a romper. Me largué a llorar.

- Isabella... No te haremos daño. Solo entrégate y no te arrepentirás.

- Déjame en paz, Lucas. ¡Te lo suplíco! - Rogué desconsoladamente. - No me hagas daño. - Mis últimas palabras fueron tan bajas, que dudaba que él lo hubiera escuchado.

- Lo que menos quiero, es hacerte daño, pequeña. - Fruncí el ceño, extrañada. Quería manipularme y estaba segura de eso. No iba a caer en sus tontos juegos, no conmigo.

Seguí retrocediendo mis temblorosos pasos hacia atrás, con el fin de salir corriendo de él. Pero algo o alguien me hizo voltearme, haciendo que retrocediera de inmediato.

Lo que pude llegar a ver, mi corazón se rompió a pedazos...

Marcus.

- No te lastimaremos, si te entregas. Pero si intentas huir, te juro que te arrepentirás. - La voz de Lucas me hizo estremecer, escuchando sus delicados pasos detrás mío.

Mi mirada solo estaba en la de Marcus y el tipo de... aquella fiesta en casa de él.

Tenía demasiadas preguntas sobre, Marcus es un... ¿demonio al igual que el tipo de la fiesta que quiso atarcame?

- Eres... - Tartamudee. No podía hablar, mi corazón lo tenía en mi boca y el frío de la noche ya no lo sentía. Estaba en blanco todo, vacío. Como en la... nada. Solo sus rostros al igual que el mío, se veían por las grandes luces de las calles. Pero de igual manera, no podía verlos con claridad.

- Caíste. - Me respondió Marcus mientras sacó una sonrisa, de la que tanto amaba.

- ¿Por... por qué Marcus...? - Mis lágrimas recorrían sin parar de mis ojos. - Tú... tú eres mi mejor amigo.

- Nunca lo fui. - Sacó una risa falsa a lo que más me asustó. - Te hice pensar que te defendí de Frank, aquél día de la fiesta. - Señaló a "Frank" de su lado. - Fue todo actuación para que te acercaras aún más a mí.

Retrocedí dos pasos hacia atrás, pero luego recordé que estaba rodeada. Estaba Lucas atrás, Marcus y Frank adelante.

¡No podía escapar...!

- El día que estabas en la discoteca, varios demonios estaban allí, incluso con el que hablabas en el bar... Chris.
Te quisimos llevar, pero el cretino de tu "noviecito" Noah, se metió en nuestro plan. ¡Se fue todo al carajo! - Avanzó bruscamente hacia mí.

Avance hacia atrás, con las estúpidas esperanzas de escapar de ellos.

Las manos de Lucas fueron hacia mis hombros, pero ésta rara vez me solté de su agarre. A lo que corrí con todas mis fuerzas, con mi ritmo cardíaco a mil. Pasos aproximados escuchaba cada vez más cerca. En un instante, me hicieron perder mis esperanzas tan tontas. Me atraparon.

Caí al césped, alcanzando a ver el rostro de Marcus. A lo que se puso encima mío, cuando tomó mis pequeñas manos para luego ponerlas ambas al lado de mi cabeza. Algo que me impidió totalmente, golpearlo como sea. Con sus rodillas, sujetó mi cadera y sus pies, mis piernas.

Forcejé, pero me di cuenta que estaba malgastando mis fuerzas.

- ¡QUÉDATE QUIETA! - Gritó entre dientes, maldiciendo.

Tomé el valor de escupirle en su cara, haciendolo gruñir. - ¡PÚDRETE! - Grité.

De inmediato, me dio un puñetazo en mi mejilla, lo que me hizo gemir de dolor. Fue tan fuerte el golpe, que me sentí débil, enojada. Mi vista ahora, estaba algo borrosa, y no podía verlo con claridad. Traté de moverme, pero mi estado no me lo permitió.

Una voz de fondo masculina y tan familiar, resonó mis oídos.

- ¡NO LA TOQUES! - Su voz parecía furiosa.

Luego de eso, me di cuenta de quién se trataba.


Noah, ¿verdad?...


HOUNDTERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora