CAPÍTULO 3

507 81 75
                                    

CAPÍTULO 3

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAPÍTULO 3

╚═══════════════╝


Un suspiro escapó de mis labios, mientras mis ojos mantenían su atención en mi reflejo. Un sutil rastro del moretón que me dejó la última pelea con Cassandra se expandía en mi piel pálida. Habían pasado tres semanas desde entonces y, con el paso del tiempo, las marcas se volvieron menos escandalosas.

Presioné los dedos en la zona abdominal y el dolor se sintió como un pinchazo. Era agudo, pero a la vez ligero. Dolía mucho menos que antes. No tenía que preocuparme por ello en ese momento. Deslicé la mirada hacia mi rostro después y, finalmente, me bajé la camiseta.

Mis pasos se dirigieron hacia el armario, de donde tomé una sudadera gris para ponérmela encima. Hacía frío aquella mañana, el otoño finalmente había llegado, amenazando ser apenas la antesala de un crudo invierno.

Solté mi cabello fuera de la prenda y lo dejé caer sobre mi pecho, entonces salí de la habitación. Mientras bajaba las escaleras para dirigirme a la cocina, los pensamientos daban vueltas dentro de mi cabeza. Pero sin importar la dirección que tomaran, siempre terminaban enfocándose en el poco tiempo que faltaba para mi última pelea como estudiante de la academia.

Faltaban tres días, exactamente.

A pesar de que sería un torneo amistoso, entre líneas se encontraba el hecho de que todos querían graduarse con una reputación limpia. Y, si bien mi pelea no sería la única, sí era la más esperada. Todos ansiaban ver a Cassandra Jones triunfar una vez más. Casi podía escuchar la ovación por parte de sus teatrales seguidores, quienes, a su vez, eran mis detractores.

Me obligué a apartar aquel pensamiento de mi mente. No sucedería esta vez. Entrené lo suficiente y me esforcé cada día para mejorar mis habilidades. Cada entrenamiento, desde el primero hasta el último, me llevó hasta ese punto. Y sabía que era lo suficientemente fuerte como para lograrlo.

Encontré la cocina vacía y no me sorprendí en absoluto. Era temprano y papá debía estar en su oficina, al igual que la mayoría del tiempo. La situación con él era menos tensa que aquella noche en la que nuestra corta charla terminó en discusión. Desde entonces, volvimos al repetitivo ciclo de cruzar solo unas pocas palabras cuando nos encontrábamos.

Me resultaba irónico que cada encuentro con él se sintiera como una casualidad, aun cuando compartíamos el mismo techo.

—¿No corres hoy?

Y, al parecer, lo llamé con el pensamiento.

Mientras servía café caliente en mi taza, giré el rostro en la dirección de su voz. Estaba bajo el umbral, había ido a la cocina con una taza vacía. Seguramente, para volver a llenarla de café.

—Prefiero usar las máquinas del gimnasio esta vez —murmuré, volviendo la atención a lo que hacía. Una vez terminé, dejé la cafetera en su lugar.

Agente MortalWhere stories live. Discover now