«Sin importar cuántas veces cayera, me levantaba todas y cada una de ellas.
No iba a parar de intentarlo.
Nunca.»
[ TRILOGÍA MORTAL - LIBRO I ]
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CAPÍTULO 27
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Pasaron dos semanas desde el ataque de C.O.A.A.T. En aquellos días, Chelsea no había dejado de trabajar arduamente en encontrar información de utilidad para Morgan, pero no era una labor sencilla. No era algo tan simple como acceder a sus comunicaciones solo con pulsar un par de botones. C.E.L.E.S.T tenía acceso a satélites y por medio de ellos se podían decodificar ciertas cosas, sin embargo, había mucho trabajo que hacer para llegar a ello. Y no siempre se encontraba algo que diera frutos.
Otra cosa que sucedió en aquel tiempo fue que los sistemas de seguridad de todo el edificio fueron triplicados y las reparaciones a las áreas dañadas se hicieron en un santiamén. A simple vista, todo parecía volver a estar en orden. Pero a pesar de que habían pasado los días, todos nos hallábamos alertas a cualquier irregularidad.
En ese tiempo, mis heridas sanaron en su totalidad. No fueron días fáciles, pero seguían siendo eso: Días. Aquello podía parecer algo impensable fuera de nuestra organización. Las personas allí afuera no imaginaban que algo así existía.
Y era verdaderamente injusto que algo de tal magnitud tuviera que permanecer oculto por escorias como Kenneth Olander.
Esa era una de las principales razones por la cual ansiaba el momento en el que Chelsea encontrara información para nosotros. Me sentía llena de fuerzas para enfrentar lo que fuera, y a quien fuera, con tal de que la amenaza terminara; con tal de que llegara el día en el que la gran invención de Hanson pudiera llegar al resto del mundo.
A veces me preguntaba qué tanto más se podía hacer con ella, cuán increíble sería su alcance, pero no tropezaba con ninguna respuesta. Aun así, pensaba en ello muchas veces, cuando la noche llegaba y mis ojos permanecían quietos mirando el techo del dormitorio. Y cuando el sol volvía a salir, a primera hora de la mañana, me preparaba para otro día.
Algún día encontraría las respuestas.
Por el momento, debía mantener mi enfoque en la situación: Logan Brand, los muertos en Noterd, la explosión, el ataque a C.E.L.E.S.T... Aunque los días se me hayan hecho una eternidad, lo cierto era que habían pasado muchas cosas en poco tiempo; asuntos pendientes en los que pensaba también constantemente, a la espera del momento crucial.
—Russell, tu clase es en diez minutos.
Al escuchar la voz de Morgan en mi auricular, por un instante, volví a sentirme como la chica aprendía e intentaba ser la mejor en la academia de sus padres. En aquellos años, solía compartir el desayuno con mis padres en nuestro comedor. Era un momento ameno del día, en el que cada uno dejaba a un lado sus responsabilidades por un rato y nos dedicábamos a ser solo una familia. Después, venían extensas horas de clases y entrenamientos. Siempre con el mismo objetivo, siempre detrás de un propósito.
