Tíos mayores

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Miré a mi hermano y supe que no podía decirle por qué terminé con Octavio o con ninguno de los otros sin siquiera explicarle cuán mal estaban nuestras relaciones. Les amé mucho en su momento, en especial a Octavio, a él no solo le amé, soñé con una vida juntos, sin embargo, se ha convertido una de esas pruebas de dios,  uno de esos misterios bíblicos por más que recé que me amara jamás lo conseguía. 

Quería agradarle de todos los modos así que descubrí que le gustaba el rock, y comencé a escucharlo. Me di cuenta de que a diferencia de muchas personas le gustaban los colores primarios y refrescantes nada de tonos apagados, así que evitaba usar colores oscuros si creí que iba a verle. 

Me convertí en otra persona. 

Me convertí en Mily, la mujer que le gustaba Octavio y un día descubrí que le gustaban las mujeres muy delgadas y en mi familia. Específicamente el lado eterno de mi familia, eran conocidas porque tener unos cuerpos impresionantes y sobre todo de tipo curvilíneo, así que empecé a hacer ejercicios, dieta y no sé en qué momento dejé de comer y tuvieron que internarme. 

Sergio nunca estaría listo para escuchar que todo empezó con u comentario de Octavio: "Estás un poco pasada". No lo entendí, tenía doce años y no sabía que era estar pasada. Hasta que un día escuché a una de sus hermanos decirle a mi mamá, "Mily se te está pasando" acompañó su frase con un gesto de manos, el cual cubría su circunferencia abdominal para referirse a la mía. Hizo una seña con sus manos al rededor de su cuerpo, fingí que no la vi y menos que la escuché. Mi tía Olivia les recordó que solo tenía doce años, que estaba desarrollando, pero

—¿Sabes lo de mi anorexia?—preguntó. — Tú estabas muy pequeño. 

—Lo sé, recuerdo a mamá llorando. 

—Sergio, para la gente con mi condición es casi imposible  quedar embarazada y yo lo logré. Ahora tengo que mantenerme embarazada y lejos de problemas. 

—¿Te dijeron algo del peso?—preguntó Sergio y me tomó de la mano. 

—Estoy dos niveles más arriba de desnutrición, pero no puedo seguir ahí y no me da miedo comer, pero el embarazo tiene demasiados cambios, como los pezones. Busca en el jodido internet pezones de embarazada o estrías. ¿Qué tal si mi piel no lo resiste? Por último la panza qué tal si es enorme y me da una crisis y mato al bebé—Sergio se rio y se puso en pie para acercarse a mi silla me tomó de las mejillas y me llenó de besos. 

—Mily, ser papá es lo más confuso. Sé que un perro no es un hijo, pero... ¿Me has visto con Albert? —Su Golden retriever color café, precioso y altamente humanizado por Sergio. —Siempre estoy preocupado y has visto a papá y mamá, siempre están confundidos. Siempre tienen miedo de no hacerlo bien, de no enseñarles, que no se sientan lo suficientemente queridos y lo siguen haciendo conmigo y contigo, así que es como una penitencia. Ser papá es difícil, pero lo estás dominando. 

—Estoy sola. 

—Cuando nazca Sergio jr, no vas a volver a estar sola en la vida y tienes nueve meses de mí, así que no estás sola. 

—Si es niña. 

—¿Serena?—propuso Sergio. 

—La hermana de Ada se llama así y es complicado entre ellas,  es como cachetear a mi madrastra. 

—¿Selena?

—Solo cambiaste la "erre" por una "ele", Sergio. No voy a molestar a mi madrastra—Insistió Mily. 

—Que le den por culo a Ada y sus berrinches. Primero, me quita a Arturo, luego esto. Estas mujeres son terribles. Creo que voy a hacer como Bash y ser gay. —Reí. Reí en la cara de mi hermano. Reí hasta que me dolieron las costillas porque le considera tanto su hijo como a mí. Lo más importante Sergio, no duraría un minuto que yo elijo un nombre con Se—dijo y me cargó a la habitación uy se quejó porque no tenía televisión en ninguna habitación de la casa. 

El bebé del millonarioWhere stories live. Discover now