Adultos

15 1 1
                                    


Isabela

Estoy molesta con el universo, la cabrona del culo ha escapado, no hubo rastros por tierra, aire o mar y no hay nada con lo que organizar un operativo además de que ha secuestrado a tres políticos y desconocemos su nombre y cara. Tampoco hay rastros de Maximiliano Waitly. Mi teléfono suena y tomo la llamada.

—¿Qué pasó ahora?—repliqué.

—Señorita Burwish, quiero hacerla parte de mi gabinete.

—¿Perdón? ¿Con quién hablo?

—¿El presidente? Gabriel Westborn, tu presidente. Porque circulas como Mainviliana hasta donde dice tu partida de nacimiento.

—Ahh, soy Americana y Mainviliana. Estoy encantada, pero no me sentirá cómoda con alguien que ha dejado que maten a dos de su funcionario solo para ahorrar dinero. Cuénteme: ¿cuánto puso para pagar por el secuestro de su nieta?

—Ni una moneda. —Respondió el cretino.—Me dio mucha lástima la niña, sin embargo, su secuestro no fue pagado sino resuelto y la otra cosa es que ofrecieron sus seguros y su papá que se volvió loco y ofreció de su bolsillo dinero.

—Ya, entonces usted simplemente se esconde.

—Isabela, puede estar molesta. Eres cerca a Maximiliano...

—Que tenga un feliz día. Yo no me vendo por poco.

Mi papá me miró a los ojos y se acercó.

—¿Me puedes dejar cinco minutos ser tu papá?—preguntó y asentí y él me abrazó con fuerza. Es enorme y se me olvida siempre lo feliz que me hacen sus abrazos, mi papá me acarició la espalda y besó mi frente mientras decía en un tono de voz suave: —Te amo mucho. Estoy orgulloso de todo lo que has logrado, de tu trabajo, de la fortaleza que representas. Te admiro muchísimo, mi amor—Dijo.

Me solté a llorar porque soy todo menos admirable. Acabo de insultar al jodido presidente, el ex de mi amiga puede estar muerto, la pequeña Love está por perder Mily y yo a mi mejor amiga. No entiendo por qué nada sale como lo planeamos. Por qué simplemente no podemos ser felices. Lloré entre los brazos de mi papá mientras él intentaba consolarme. Julianne, mi mamastra, se acercó a nosotros y me rodeó con sus brazos.

—Isa, estás haciendo todo lo que está en tus manos y más por traer con vida a Max.

—Lo sé, solo quiero que él regrese y quiero que Mily despierte y Love está conectada a todos esos cables y le han hecho más exámenes que a mí en 26 años, es demasiado todo junto y no sé qué hacer.

—Isa, necesitas descansar.

—Necesito encontrar a Max y saber que hice eso bien. Julianne me mostró una bolsa que traía.

—Exclusivamente veinte minutos, cielo. Duermes un poco, tomas una ducha, un cambio de ropa y como diez sorbos de comida que contaré personalmente.

Mi papá me limpió las lágrimas con su camisa e hice una llamada a Franco para que no dejaran de buscar. Le dije que estaba al mando de todas las decisiones por una hora mientras me duchaba y descansaba un poco.

Los Pieth tiene un apartamento en lo que debería ser un sótano subterráneo. Es bastante amplio, tiene varias habitaciones, un lugar de entretenimiento, incluso una sauna y una sala para meditar. Lo mejor son sus baños con duchas de diferentes presiones y la temperatura del agua por Dios, fresca sin ser fría ni caliente es perfecta, todo porque Arturo tiene una necesidad inigualable de tomar duchas ante cualquier situación estresante. Fui hacia una de las habitaciones y me encontré con Sergio el cual estaba jugando con un bote de pastillas.

—Es el peor momento para suicidarse.

—Es muy femenino el suicidio con pastillas.

—Lo sé—respondí y sonreí. Me miró a los ojos con insistencia y sonrió antes de pasar su brazo detrás de su cuello. —¿Por qué crees que puedes desnudarte enfrente de mí?

—Porque eres como mi hermanito.

—La diferencia está en ese "como"—replicó y le miré a los ojos.

Sergio ha pasado la vida haciendo bromas sobre nosotros y para mí seis años son suficiente diferencia, pero nunca ha sido impedimento para tirarme a ningún hombre mayor que yo. Isabela no has dormido. Él se puso en pie y caminó directo a la puerta. Pensé que iba a salir, sin embargo, puso el cerrojo y me cargó hacia la ducha. Se deshizo de su ropa y de la mía mientras nos besábamos, sonreí contra sus labios y le recordé lo inapropiado que era todo eso. Primero porque su papá es mi padrino, segundo porque su hermana está muriéndose y yo soy su mejor amiga y lo tercero y más importante es que somos una constante en la vida del otro.

—Sergio —pedí mientras acariciaba el clítoris con su pulgar.

—Los dos estamos estresados y somos adultos.

—Sergio, Navidad, los cumpleaños, nuestra familia, no podemos odiarnos.

—Yo no tengo problema de casarme contigo—sonreí.

—Eres un mocoso, a que te toco y te corres —los dos reímos y me empujó contra la pared. Solté un grito él me cubrió la boca con sus labios.

Escuchamos los golpes en la puerta y la voz de mi madrastra.

—Is, nena, ¿estás bien?

—Sí, mamá, solo... casi me resbalo —respondí. —Ten cuidado. Estoy preparando tu chocolate favorito.

—Gracias —respondí y Sergio introdujo dos dedos mientras sonreía. Salí media hora más tarde de esa habitación, él se puso la ropa de mi tío Arturo y se secó el cabello lo más que pudo. Le dije que saldría primero y me dio un beso en los labios.

—Ya no más.

—Me encantan los secretos.

Los dos sonreímos y me despedí con un corto beso en sus labios antes de salir de la habitación y hacer que nos descubran.

Mis papás estaban viendo la televisión, así que fui por el chocolate y bebí un poco antes de acercarme a ellos. Sergio abrió la ducha de la habitación de la par y salió envuelta en una toalla. Mi papá rió cuando pasó más desnudo que cubierto porque ala talla es demasiado pequeña para cubrirle por una toalla y nosotras reímos contagiadas por la sonrisa de Sergio. Salió vestido del cuarto de Arturo y me quitó la jarra con chocolate.

—Isabelux, ¿Qué te parece si follamos?

—¡Sergio!—le regañó mi papá.

—Es un chiste, tío Cash, ¿eso sería, qué incesto?

—Casi. —replicó Julianne.

—Tú y yo vamos a hacer trabajo de campo.

—No, no, no, nadie se va sin comer. —Advirtió Julianne.

—Creo que sé dónde está Max —dijo y me mostró su celular.

Me explicó que hay tres rutas de escape y habían estado probando la de tierra por muchas horas, sin embargo, había una de las rutas que llevaba al río y si Max se había dejado llevar por la corriente debería estar llegando a una de las playas.

—¿Cómo llegaste a esa conclusión? —pregunté.

—Le han estado torturando y puede estar drogado. Lo que yo haría sería busca agua en lugar de carretera o esconderme por el terreno porque son las forma más fáciles de que vuelvan a atraparme o me maten.

Espero que estén disfrutando con locura de esta novela, recuerden que estoy en Instagram como Mainvillage.historias y ahí aviso sobre actualizaciones, personajes y subo videos sobre las novelas. 

Comenten a ver si hago un maratón.

Les anunció este capítulo es un adelanto de lo que sea que va a ser la novela de Isa y Sergio

 ¿Les gustó?

El bebé del millonarioWhere stories live. Discover now