Solo míos

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Mi mamá me abrazó y me preguntó como seguía. Con la dulzura y la paciencia de siempre, porque ella es la persona que se ha llevado los berrinches, las enfermedades, las tristezas y mis alegrías. Mi mamá solo merecer recibir amor y felicidad, ha estado viviendo mis mejor experiencias y las peores, es la persona en la que me he refugiado en la vida y a veces simplemente no lo he sabido ver.

—No quiero elegir entre uno de ellos y no quise decir que fueras una mala persona o una mala mamá solo que estaba siendo una estúpida y pensé que si salía con Octavio ibas a entender que no puedes controlar los sentimientos de los demás.

—Mily nunca he intentado controlar tus sentimientos. He intentado que entiendas que un par de hombres no te convienen.

—Perdón.

—No tienes que disculparte. Lo que hice estuvo mal. Me he excusado en la juventud e inexperiencia, pero la verdad es que fui egoísta. Me aferré a ti y después vino Sergio y pensé en la responsabilidad de ser mamá de dos niños y pensé en que ser como mi mamá y puse mucha presión en ustedes porque quería pensar que... —Se quedó en silencio viendo a la pared. —Quería pensar que si me moría y tenías que vivir en serio con Arturo o Sergio con Sebastian iban a tener las herramientas.

—Tía O, eso es horrible.

—Todos los días pasan cosas horribles cariño y fui horrible en el proceso de sobre protegerte y ser tan rígida. Me cuesta mucho con tus hermanos compartir la paternidad, pero mira a Sergio.

—Sergio está loco.

—Sí, por eso, es una versión loca masculina mía —Las dos reímos y le hice un espacio en la cama.

—Perdón—dijimos mientras nos abrazábamos, las dos reímos y se subió a la cama conmigo, puso mi mano en el abdomen y me vio confundida.

—¿En serio estás embarazada de tres?—preguntó mi mamá.

—Estaba bajo peso, ya estoy alcanzando mi peso normal en líquido —Las dos reímos.

—Vean, cabrones, es la abuela Olivia, se van a quedar ahí y no van a molestar hasta que salgan con pulmones fuertes y pipis que tiran líquido de manera inapropiada.

—Eso funciona de dos maneras —Las dos asentimos.

—Se te antoja algo.

La puerta se abrió y Niza entró con una sonrisa.

—Pero mueren quienes son mamá e hija de nuevo. —Dijo con una sonrisa.

—Solo faltas tú.

—Le traje la cena, Arturo se invitó.

—¡Qué dicha! Eso de no hablarse es complicado para el resto de nuestra familia, Sebastian y yo estábamos contemplando dos Navidades y dos finales de año. Ha sido horrible para nosotros.

—No sé como lo hacen —Respondió Olivia sarcástica y se levantó a ver qué había traído su hermana.

Arturo vio el plato y a Niza.

—¿Cuándo dejaste de ser tierna y divertida?—preguntó mi papá y se sentó al lado de Niza.

—Es un superalimento, Arturo. Hay que cuidar la alimentación. Eres un médico. ¿Cómo llegaste hasta aquí sin saber que la quinoa nos nutre? —se giró hacia mí. —Mily yo hice una dieta muy buena en el embarazo y mira la piel de tus hermanos.

—No le hagas caso esos bebés necesitan carne y papas fritas—Replicó el doctor. Olivia me alcanzó el plato de comida que mi mamá trajo. Es que Niza se llevó el cambio de vida muy radical. Como toda adicto, cambió su adicción por las drogas a una por la comida sana, el ejercicio y el sexo exclusivo con su esposo el ninfómano, no es que me importe, pero entre más lo analizo Niza y Emilio tienen algo raro que te cagas.

El bebé del millonarioWhere stories live. Discover now