Demanda

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Mi papá me dio un beso en la frente y dijo divertido:

—Quería ser actor.

—¿Papá?—dije incrédula y él rio.

—Ya sabes, me parecía lo mejor del planeta, puedes ser todo y a la vez nada.

—¿Cuándo te enamoraste de la medicina, entonces?

—Tenía siete años, apenas sabía leer fluido y me encantaba la lectura. Leí en una revista sobre la pesca deportiva y creí que era una aventura impresionante. Pasé semanas investigando, aprendiendo, todo y mi papá me llevó a pescar. Para mí la experiencia, tuvimos que caminar para zambullirnos en lo que para mí era la selva, acampamos, comimos lo que cazamos—Reí. — El día estaba maravilloso y el segundo lo fue también. Al siguiente día llegó un señor y su hijo de unos cuatro años y ya sabes que a esa edad uno es como loco, pero, había algo extra inusual, el niño daba gritos, muchos tics y parecía muy tenso con ese paseo, incluso ruidos rarísimos. Su papá quería que cruzaran, pero el niño estaba evidentemente asustado y mientras pasaban entre las piedras y mi papá notó que el agua comenzaba a crecerse.

>>Se lo comentó al señor y me dijo que nos lleváramos todo. Volveríamos a repetirlo en unos días. El niño comenzó a tener tics en el cuello parado en una piedra a mitad del río. Mi papá se metió en el agua a intentar ayudarle, pasarlo cargado, pero su papá se molestó y le dijo que tenía que ser hombre, la cosa es que el niño cayó en el agua y se raspó, pero su padre cayó y se golpeó la cabeza.

>>Mi papá los sacó a ambos del agua y me pidió que fuera por el botiquin, que me dijo como ir curando la herida del niño y cubirla para que no se contaminara de camino al hospital. Tdosos corríanc on el papá, pero yo sabía que el niño tenía algo, no era normal para mí su comportamiento y convencí al abuelo.

—¿Qué tenía el niño?

—Síndrome de Tourette y un papá mierda—Los dos sonreímos. —Cómo lo supiste que querías ser diseñadora.

—Soy guapa y me gusta vestir bien —Mi papá me miró sorprendida.

—La gente cree eso, pero yo conozco a la verdadera Mily. No eres una rubia hueca. Te he visto cargar con amor a tus hermanos, he visto a esos niños limpiarse los mocos en tu pelo, he visto tu vida cambiar y pasar de ser la única hija de una pareja a la mayor y sé que eres todo menos hueca. Eres mucho amor y ternura, no eres una zorra, probablemente tengas el gen directo de la sexualidad de todas las familias que conforman tu nombre y que asco, pero follas bien —Los dos reímos. —Eres una buena mujer, una diseñadora impresionante y serás una buena mamá.

—Papá, mañana tengo que ir a donde un juez. Después de que un psicólogo y psiquiatra forense me examinaran. El último mes y medio de mi embarazo lo he pasado enferma, tensa, nerviosa, agotada y avergonzada; súmale la campaña de desprestigio que tiene. Vanessa y Octavio contra mí. Voy a un juicio a que alguien me juzgue mis decisiones sexuales. En el último mes, tuve que explicarle a mis hermanas que tengo más sexo del debido para una mujer y mis hermanos se han peleado más veces de lo normal por o intentar defender lo indefendible. Porque al igual que mis papás no quieren aceptar que soy una zorra. No hay un gen para mi nivel de estupidez.

—Mily, la he cagado por amor y todo el mundo lo sabe. Hay algo que muy poca gente sabe de mi ruptura con Paola —rodé los ojos y él rio. —Yo le dije: ¿Te vas a una página del siguiente capítulo de nuestras vidas? Literal lo sentía como la peor manera de terminar, el peor momento, todo me venía mal, no estaba listo para dejarle ir.

—Sí, pero la superaste papá y ya yo en serio terminé con él. Es solo... —Las lágrimas escaparon de mis ojos. —No quiero esta vida para mis hijos y es un riesgo muy alto hacer el examen de ADN intrauterino. Me he sentido como una mierda. Ahora tengo la presión arterial alta y estoy involucrando a gente que amo y que se preocupa por mí en este mierdero que yo misma causé. 

—Me soplé la nariz y mi papá frotó mi espalda. —Es como con Niza, no me había dado cuenta de cuánto daño le he hecho hasta ahora y los mismos con todos y esta situación.

Mi papá me abrazó y no dijo nada más, solo se mantuvo ah, abrazándome durante horas. Más tarde me llevó a casa y mis mamás estaban esperándome con un vestido, les miré y volví a llorar porque no quiero una fiesta, no quiero más polémica o vergüenza. Solo quiero que mis bebés y yo estemos bien.

Me siento como una basura.

—Mily, cariño, necesitas trabajar en tranquilizarte—Niza me ofreció agua mientras Olivia me abrazaba.

Perdí el conocimiento y me llevaron al hospital a monitorear a los bebés. Como si no fuese poco; mi mamá inició la tercera guerra mundial contra sus hermanos. Odessa, Ónix y William se acercaron al hospital en cuanto escucharon que estaba internada y que la fiesta en mi casa se había cancelado. Su intención es noble, pero las circunstancias siguen siendo las mismas. En este momento Olivia tiene razón, no somos una familia. Somos dos bandos peleando por lo mismo; su posición siempre va a ser al lado de su hermano; ellos tres siempre van a defender a Octavio porque es su hermanito impulsivo y la de Olivia siempre va a ser defender me a mí porque no importa el título que le quiera poner el universo, esa mujer es y siempre será mi mamá.

Olivia es el vivo ejemplo de que no es necesario llevar a alguien nueve meses en tu útero, para que sea parte de tu vida. El amor y la constancia son lo que al final te convierte en el padre de esa pequeña persona a la que cuidas, le das todo y un poco más. Los médicos dijeron que todo estaba bien, pero les preocupaba que mis laboratorios estuviese rayando los límites para Preeclampsia. La recomendación médica fue quedarme en el hospital unos días y retrasar el juicio, pero para mí, mi mayor malestar era la espera, no saber qué iba a pasar conmigo, con mis hijos. El desconocimiento y la impotencia son mi peor enemigo porque si bien la ley se inclina hacia la madre en mi caso hacia quién podía inclinarse si era un juez tradicional. Un hombre con valores intachables, esposo de una mujer que cuida a sus hijos y padre de dos o tres varones. ¿¡Qué pude opinar él de mí?! ¿¡Qué creerá que soy?! Eso tomando los hechos tengo una vida sexual abundantemente amplia, poco saludable y se resume mejor en una vida sexual desordenada.

En mi casa estaban esperándome Max, Leo y Drake, los tres estaban en la sal a viendo las noticias como su fuesen un club de mejores amigos, incluso rieron al unísono cuando el presentador se equivocó.

—Hoy de verdad no puedo —reconoció y me cubrí los ojos. —No soy una mala persona. Yo de verdad no lo soy, al menos no de forma intencionada. Todo lo que siempre he querido es que me amen. Un hombre que me tome en serio y me respeten y lo he arruinado con cada uno de ustedes y he sido lo más aberrante y vergonzoso y he arruinado sus carreras, es como si todo lo que toco y lo que amo lo tengo que destruir.

—Mily no es así.

—Quiero a mis hijos y quiero que tengan la mejor vida y prometo no volver a fornicar ni nada hasta que me case con un buen hombre, pero por favor no estén de su lado.

Los tres rieron y se acercaron para abrazarme. —Solo repítelo—pidió más.

—¿¡Qué!?

—Eso... De que: "no vas a volver a follar"—Aclaró Drake y Max me miró con los labios en una sola línea mientras las mejillas de Leopoldo parecían a punto de estallar con la risa.

—¡Bola de cabrones! —Todos reímos.

El bebé del millonarioWhere stories live. Discover now