Días normales

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Casi cuatro años más tarde

Ser mamá es agotador, yo tengo dos niñeras, dos papás responsables, mis hijos tienen una madrastra a la que atosigan, muchos tíos y abuelos, uno montón de ser humanos que quieren mimarles y echarles a perder.

Obviamente, mis hijos siempre quieren a mamá y yo a ellos. Entré en casa, huele a pastel de zanahoria, mis hijos ríen mientras corren hacia mí, yo me inclino un poco y los espero con los brazos abiertos. Llegada al mismo tiempo. y disfruto de su olor y su emoción al recibirme. De lo tiernos que son y lo guapos, Prince y Paris son idénticos, son demasiado rubios, ojos azules y son demasiado dulces y divertidos, su hermana, viene con un traje de pirata, me lo modela y me llena de besos en cuanto sus hermanos me sueltan.

—¿Cómo estuvo su día?

—Hoy papá nos llevó a la pista a ver a Papá—asentí mientras les daba besos a los tres.

Mi hija dio saltitos y me preguntó a qué huele toda la casa, yo sonreí y comencé a nombrar ingredientes. Entramos en la cocina y Love fue a sentarse en medio de Drake y Max, en la cocina estaba Kate, la novia de Maximiliano, llevan juntos los últimos dos años y siento que es la indicada para él, es una mujer atlética, guapa, con un cuerpazo y adora a los niños, entiende nuestra relación como padres y no se siente intimidada por nadie.

—Hola, Kate.

—Vine a robarte la cocina —comentó.

—Me doy cuenta y estoy feliz—todos reímos. —¿Tienes una lista de invitados para Navidad?

—No, solo mis papás, pero no voy a invitarlos —contestó y tomó un paño. Para sacar el pastel. Love usó un dedito para llamar la atención de Max y dijo:

—Papi, ya puedes poner el café—Max me miró y le recordé poner el descafeinado.

—Sí, papá, apúrate que luego no podemos disfrutar del pancito de zanahoria, coco y nueces.

—Sí, papá —replicó Paris y le dio un empujoncito. —Todo Katie, qué mal se va a sentir, luego no quiere venir ni ser nuestra amiga.

—Sí, Blanquita, mi amiga, a veces viene y no recoge entonces ya no somos amigas—confesó Love. Su papá y yo compartimos una mirada de confusión y Max le acarició el pelo antes de darle un beso y aprobar el que no la invitáramos más a jugar.

Drake les explicó a los niños la importancia tremenda de la comunicación, el decirle a otra persona que no está haciendo lo correcto para que pueda cambiar, Maximiliano continuó haciendo el café y preparó la mesa de los niños en el jardín y la de los adultos. Paris se quejó porque no quería tomar café como una princesa y su papá le recordó que su hermana habías ido la pirata más aterradora del mundo.

Mi hija fue por una corona para ella y sus hermanos y sonrió mientras tomaban asiento en su mesa de juegos, Max fue a tomar una foto de sus hijos y yo les ayudé a llevar las charolas con té.

Max tomó asiento y le dio las gracias a su novia por todo lo que hizo para el café.

Drake les miró y sonrió, ambos dimos las gracias al unísono y

Kate preguntó:

—¿Por qué ustedes dos no salen?

—Llevo meses dejándoles migajas de pan, señas, pistas.

—No has sido nada sutil, el mes pasado fuimos a la playa y dijo, tú estás soltero y te resistes así a Mily —Kate rió y yo añadí.

—A mí me dijo: Drake es guapísimo. ¿Qué se pone esteroides de caballo? ¿Quién la tiene más grande? Seguro que él y debe follar muy bien —Kate continuó riendo y yo rodé mis ojos. —Métete en tus propios asuntos.

La pregunta había salido demasiadas veces, en los medios, nuestras familias, amigos y la respuesta al menos por mi parte es: "no sé" y la verdad es que a mí me dolió dejarlo como lo hicimos y después estábamos intentando reconciliarnos y teniendo una hija, criándola y la amistad, el compañerismo, el cariño creo que se anteponen.

—¿Mily estás saliendo con alguien?

—No.

—Drake, quieres salir con Mily, porque tengo un amigo que babea por ti y si en serio no hay nada más que amistad por qué no.

—Mis hijos están pequeños y necesitan mucho de mí, en un mes celebramos el cumpleaños de los chicos y no quiero... no es lo mismo para nosotras.

—¿Qué no es lo mismo? —preguntó Max.

—Ya sabes, tener una relación con alguien más, las mujeres tenemos ese don de la maternidad y tú estás siendo muy afortunado en haber encontrado a alguien que ame a tus hijos y acepte que compartamos jardín y a veces la cocina y casi todo el tiempo nos acostemos en camas muy cercanas para leer el cuento de la noche. —me encogí de hombros. — Y la verdad desde que estoy soltera y sin sexo la vida me sonríe.

Lo cual es muy cierto no produzco escándalos, no soy noticia, me puedo concentrar en trabajar y manejarme en mis cosas, mis empresas, tengo todo el tiempo para los niños y sus papás que a veces me piden que les acompañe a cenas y partidos como si fuese la esposa de ambos.

En fin, la soltería para mí es buena.

—Gracias a todos, pero estoy muy bien.

—Mily, nadie te lo quita, lo que pasa es que siento que de una forma u otra te estás privando de algo que siempre has querido —respondió Max.

Kate nos contó de su trabajo en una de las ONG que dirige y todos nos concentramos en ello. Yo le agradecí porque no estaba de nuevo bajo el ojo examinador de los papás de mis hijos.

—Mami, Prince dice que no estoy invitada a su fiesta.

—No le hagas caso.

—Sí le hago caso porque yo los invité a la mía—La senté en mi regazo y les hice una seña al otro par de enanos. Paris vino con cara de víctima a rectificar las cosas.

—Es que ella quiere un pastel y ya ella tuvo uno mamá.

—Bueno sí, pero ella los dejó soplar a ambos a pesar de que no era su cumpleaños. Los dos compartieron una mirada y asintieron. Prince que es un lava-cocos, le dio un abrazo a su hermana y Kate les propuso una competencia a la casa del árbol para definir quién elegiría el sabor del pastel, todos salieron corriendo rápidamente y Max se aclaró la voz antes de decir:

—Tengo algo que anunciarles.

¡¡¡Qué será lo que tiene que anunciar!!! ¿Les gusta Kate? ¿Creen que debería agregar un quinto a la mezcla?

El bebé del millonarioWhere stories live. Discover now