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Max Strauss

—¡Leslie, dejame en paz, joder!

¡Dale con la silla!

No, porque puedo matarla y yo no quiero eso.

Oh, cierto.

Leslie empezó a reirse a carcajadas, tomó de nuevo la almohada, se levantó del sofá y me empezó a perseguir de nuevo. Yo tuve que saltar el sofá para que no me atrapara, y correr por toda la casa.

—¡Dejame en paz, dinosaurio!—. Grité de nuevo.

—¡Jamás, peppa!—. Replicó ella de nuevo.

Cuando estuve a punto de subir las escaleras, una almohada dió contra mi rostro, fue tan fuerte que retrocedí dos pasos. Al quitarmela de la cara, visualicé a Joe en el comienzo de las escaleras con otra almohada en manos.

¿Ahora todos se pusieron en tú contra o qué?

—¿No piensas jugar, esponjita?—. Dijo con burla, mientras se preparaba para correr.

Yo sonreí y tomé la almohada del suelo. Apunté a Joe y luego a Leslie con la almohada, los dos se pusieron alertas y preparados para atacar.

—¡Se prendió esta mierda!—. Exclamé y ataqué primero a Leslie.

Leslie empezó a correr por toda la casa, mientras yo la perseguía corriendo. Escuchaba como Joe me seguía y sus pasos rápidos.

—¡Con mi novia no, pendejo!—. Gritó.

Cin mi nivia ni, pindiji.

¡AHHHHHHHHHHHHH, QUE BELLOOOO ES MI NOVIOOOO!—. Gritó Leslie, corriendo como loca.

Qui billio is mi nivio

Yo giré los ojos, pasando por la cocina y acorralando a Leslie. Joe estaba a mi lado. Corría el riesgo de que si iba por Leslie, Joe me podía atrapar y perdía el juego y, ¡yo nunca pierdo!

—Oigan, ¿no tienen hambre?—. Empecé por distraerlos. Nuestras respiraciones se encontraban aceleradas y estabamos sudorosos.

Sé que no debo estar corriendo, pero esto vale la pena. Momentos divertidos como estos valen la pena, ¿eh?

Joe me sonrió y negó con la cabeza.

—No seas tan iluso, que no voy a caer—. Aclaró.

Yo le sonreí.

—No, pero vas a perder, idiota—. Le dije.

No esperé a que respondiera y me lancé contra Leslie, le dí con la almohada en el estómago y ella dejo caer su almohada, la tomé y se la lancé a Joe, quien venía a atacarme, la almohada golpeó en su cara y el retrocedió varios pasos.

Me dí cuenta de un gran error: Ahora Joe tenía dos almohadas en la mano y yo sólo una.

¡Corre, perraaaaaaa!

Salí corriendo como si tuviera un cohete metido en el culo y salí al jardín trasero por la puerta trasera de la cocina.

—¡Eso es trampa!—. Gritó Leslie, pisandome los talones. Joe venía al ritmo de ella y los idiotas pensaban que me alcanzarían.

Cuando estuve a punto de llegar a la piscina, me quité rapidamente los zapatos, la camisa y me quité el pantalón, quedando así en boxer.  Me lancé al agua fría de la piscina y lancé la almohada cuando iba en el aire hacia Joe, ésta le dió en el estómago, dejandolo paralizado.

Me hundí en el agua y subí de nuevo, buscando oxígeno. Al salir, visualicé a Joe y a Leslie tirados en el césped, controlando sus respiraciones.

—¡Les gane, idiotas! ¿Tan débiles son?—. Les grité, colocando mis manos a los lados de mi boca como megáfono.

Me Enamoré De Un Desconocido (Desconocido #1)✓Where stories live. Discover now