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Alexandra Broome

Había recordado todo lo que me ocultaba Max. Todo. Y me sentía malditamente triste por eso. Ya sé porque me lo ocultaba, una vez me lo contó y lo hizo de forma devastadora. Me duele también saber que olvidé eso, que él me contara algo tan importante y yo... lo olvidara. Dios mío, que mala persona soy. Pero bueno, en estos momentos, sólo quiero llorar y tirarme en el suelo, porque me niego a creer que ese es su secreto. ¿Será cierto? No lo sé, pero el recuerdo es claro. No puedo quitarme de la cabeza su expresión de tristeza y lo entendía...

Su vida había sido arruinada de forma horripilante.

Sólo esperaba verlo y escucharlo salir de sus labios, oír la negación, a pesar de saber en el fondo que era cierto.

Me tragué el nudo en mi garganta y suspiré. Había despertado esta mañana con sueño todavía, y fue gracias a Aaron que desperté temprano. El pelinegro vino a hacerme una visita mañanera, y las chicas también se despertaron al escuchar el sonido de mi teléfono demandando ser atendido por la llamada de mi mejor amigo. Cuando él llegó, mamá y Claudia se estaban despertando, por lo que, una hora después, todos nos sentamos en la mesa a desayunar juntos.

Y sí, pude aclarar las cosas.

Dejé claro todo. Estaba cansada de la sobreprotección. Ellos entendieron mi punto, sólo que la preocupación podía más que la razón. Los chicos decidieron dejar el tonto pacto que habían hecho sobre la bebida y Claudia y mamá acordaron no ocultarme más nada. Les hice saber que ya no era débil, que podía soportar los golpes que llevaba y que no me derrumbaría tan fácil.

Porque vamos, todos en algún punto de la vida reciben un golpe que los termina quebrando, causando que se rompan en mil pedazos.

Yo recibí, no uno, sino varios golpes que me dejaron cicatrices. Y aquí estoy, mostrando dichas cicatrices con orgullo.

Les hice saber que no era del todo vulnerable y que yo sola podía con algunas batallas.

Ellos eran mi apoyo, no mi escudo.

Y sí, hoy también es el cumpleaños de Richard. Recuerdo su último cumpleaños que pasamos juntos y una punzada de nostalgia y dolor me atraviesa. Tomo aire. ¿Dónde quedaron todos esos momentos felices? No quiero ser la única que aún conserva esos recuerdos felices... Y tampoco, espero ser la única que se quedó atrapada en ellos.

En estos momentos, me encuentro peinando mi cabello para nuestro encuentro en una cafetería. Aaron será quién me acompañará, puesto que se lo he pedido a él. Claudia se ofreció a ir, pero le dije que no, que podía estar tranquila y que sería Aaron quién me acompañaría, que sólo tendría que intervenir sí era necesario. Mamá me preguntó por Max y tuve que reprimir las ganas de llorar cuando lo hizo. No le he contado nada, a nadie, porque no quiero saber la verdad de sus labios... Quiero saberla de la boca de Max, quiero que me lo niegue todo. Que me tome en sus brazos y que nada es verdad, que él está perfectamente bien.

Aunque, algunas cosas tienen sentido sí eso es verdad.

Pero, ¿dónde estás, Max?

Estoy totalmente nerviosa por encontrarme a Richard, no sé lo que me dirá ni lo que hará. No lo veo desde hace... ¿Tres meses? ¿Dos? No lo sé, y... La verdad, me da temor ver su reacción al verme o la mía al verlo. Vuelvo a suspirar y dejo el peine en mi tocador. Acomodo mi abrigo marrón y me levanto de mi silla.

Me Enamoré De Un Desconocido (Desconocido #1)✓Where stories live. Discover now