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Alexandra Broome

—¿Quieres salir conmigo?

Max había preguntado eso a través de la línea de teléfono, mientras yo terminaba de colocar la estrella en el árbol de navidad. Mamá y Claudia se encargaban de hornear un pastel de chocolate en la cocina, el olor llegaba hasta la sala. Olía delicioso. Me bajé de la escalera, observando toda la decoración con un suspiro. Había puesto decoraciones por toda la sala, incluso en la puerta. Me gusta la navidad.

Pero no te encanta.

Dejé la escalera cerca del árbol, me dí la vuelta y caminé hasta el sofá. Me tiré en éste, con la mirada puesta en una pintura que había hecho cuando tenía siete años, la cuál colgaba en una pared de la sala.

—¿A dónde iríamos?—cuestioné, jugando con un mechón de mi cabello.

Joseph, quién estaba sentado en el sillón frente a mí, elevó la mirada de su celular y la clavó en mí con curiosidad. Él también me había ayudado a adornar. Bueno, sólo un poco, después de colocarme la escalera bien y asegurarse de que no me caería, se sentó en el sillón y se perdió en su celular.

A estorbar.

Había salido de vacaciones hace unas semanas, ya era 15 de diciembre. No había visto a las chicas desde el baile de navidad en la escuela, al igual que a Aaron. Sólo nos hemos estado mensajeando, pero, a veces, se me olvida responderles.

Que mala eres.

Qii mili iris.

—A la playa—respondió Max al otro lado. Yo fruncí el ceño—. A esa donde está la cabaña que era de mamá... Donde ibas a tomar el curso...

Donde nos besamos por primera vez.

Sentí mis mejillas arder un poco al recordar aquello, causando que Joseph elevara una ceja y me pusiera total atención, olvidando totalmente el aparato en su mano.

—¿Con quién hablas?—preguntó, pero lo ignore.

—Eh... Está bien—acepté, checando la hora en el reloj de pared que había en la sala: 12:30.—¿Vienes por mí en treinta minutos?

¿Estás segura de hacer eso?

Sí, es hora de que mi familia conozca a Max y Max a mi familia. O sea, Max no era malo, ¿porqué esconderlo de mi familia? Ésta gente podía ser un poco necia, pero merecían conocer al chico que me gustaba. Aunque, debo admitir que me pone un poco nerviosa.

—De acuerdo—aceptó, incluso lo imaginé sonriendo—. Estoy frente a tu puerta en treinta minutos.

—Vale—sonreí.

—No olvides llevar traje de baño, pelirroja... —fué lo último que pronunció antes de colgar.

¿Traje de baño? Oh, mierda, no me gusta usar traje de baño. Revelo mucho, me dan inseguridad. Además, mi cuerpo no es que sea el más perfecto, no creo que luzca bien en uno. No quiero, Dios, ¿cómo me las arreglaré? Llevo mis manos a la boca, comenzando a morder mis uñas con nerviosismo. Miré a Joseph, quién me seguía mirando.

—¿Qué?—espeté, frunciendo el ceño y bajando la mano.

Él elevó sus dos cejas.

—¿No me dirás con quién hablabas? ¿Quién te trae sonriendo y nerviosa?—preguntó, cruzando sus brazos y subiendo y bajando sus cejas.

Chismoso.

Yo le sonreí, levantándome del sofá.

—No—respondí, él me miró con mala cara—. Pero ya sabrás quién es. Me voy a arreglar porque voy a salir.

Me Enamoré De Un Desconocido (Desconocido #1)✓Where stories live. Discover now