36

31 7 14
                                    

Alexandra Broome

No lo puedo creer, sigo impactada, estática en mi lugar y estoy segura de que no me he movido en los últimos cinco minutos que han pasado.

Aaron es quien me incita a caminar, empujándome levemente por la espalda, causando que me moviera unos cuantos pasos hacia delante.

¿Richard sobrio?

Mi papá... Estaba sobrio.

¿Estaba en un universo paralelo o qué?

Basta de bromas, ve a dónde está y habla seriamente con él.

Creo que te haré caso.

No olvides que es su cumpleaños.

Ya lo había olvidado.

Tonta.

Tragué saliva con fuerza y miré por encima de mi hombro a Aaron, quién estiró una sonrisa de ánimos. Tomé todo el aire que se me fue posible y dí unos cuantos pasos más.

Era una guerrera. Salí de la depresión y ansiedad, ¿que me impedía ver a los ojos a mi padre?

Porque es el causante de todas tus heridas.

No ayudas, te juro que no ayudas. Pero, desgraciadamente, tienes razón. Gracias a él, tengo miles de cicatrices, las cuales apenas están sanando.

Abro y cierro mis manos mientras camino lentamente hacia donde se encuentra sentado. Papá ha dejado de sonreír y aprieta sus labios, parece nervioso. Sus manos están sobre la mesa y juega con sus dedos. De verdad que no parece él, está súper nervioso. Pero, ¿por qué lo está? No lo entiendo para nada, antes me veía con demasiada repugnancia... Y ahora, como sí no creyera que fuera su hija.

Cuando vuelvo a mirar por encima de mi hombro, me encuentro a Aaron sentado en una mesa, a unas dos mesas de distancia a la de Richard. Está tomando un vaso de agua y tiene la vista fija en mí. Él levanta un pulgar en mi dirección, dándome a entender que todo está bien. Asiento y tomo aire, girando mi cabeza hacia adelante y clavando mis ojos en el rostro de Richard.

—Hola—dice él.

Yo aprieto mis manos nuevamente.

—Ho... Hola—abro los ojos como platos al notar el error que he cometido. He tartamudeado, algo que Richard odia con toda su alma que haga. Ya escucho el insulto salir de sus labios. «Estúpida» es lo que dirá a continuación.

Pero, para mi gran sorpresa, él sólo señala la silla frente a él con su mano.

—Siéntate, por favor—no, no parece una orden, es una petición y su voz... se escucha suave y en calma. Aunque también puedo escuchar un leve tono ansioso.

¿Qué está pasando?

Cuando, súper tensa, me siento en la silla de madera y la echo hacia adelante, observo de  más cerca sus ojos. No están oscuros, y tampoco tienen ese brillo que siempre me indicaba que estaba pasado de tragos. De hecho, tiene unas ojeras debajo de ellos. Parece que no ha dormido bien, aunque, siempre ha tenido esas ojeras.

Me aclaro la garganta y uno mis manos en mi regazo. Esto es demasiado increíble.

—Feliz... Feliz cumpleaños—susurro tan bajo que temo que no me escuche.

Pero lo hace, porque sonríe de manera genuina.

—Gracias—murmura y permanecemos en silencio unos minutos. La tensión se siente en el aire, y estoy segura de que se podría cortar con un cuchillo. No me atrevo a hablar de más, sé lo que puede pasar. Por suerte, Richard decide romper el silencio:—He venido aquí para decirte algo importante.

Me Enamoré De Un Desconocido (Desconocido #1)✓Where stories live. Discover now