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Max Strauss

Sentí como la pelirroja se tensó, apretó su mandíbula y miraba al señor que se encontraba en frente de nosotros con miedo pero también... odio. Algo que me sorprende, porque, por lo poco que conozco a Alexandra y lo que he visto, la chica es pacífica y tranquila, no le gusta mirar mal a nadie. Por eso me pregunto, ¿quién es ese señor de ojos azules?

—Richard, ¿qué haces aquí?—dijo ella entre dientes, apretando sus puños.

El hombre me miraba intensamente, sus ojos eran como el azul del mar, ni tan claro ni tan oscuros. Dirigió su vista a Alexandra y sonrió, suspirando.

—Ay, ¿qué tiene de malo qué venga a visitarte, Alex?—el llamado Richard dijo dulcemente, pero se notaba que su tono de voz era falso.

Arrugué el ceño.

Alexandra tomó aire profundamente y luego lo soltó.

—Te he dicho muchas veces que no me llames así—masculló.

Richard rió, y dió unos cuantos pasos, Alexandra retrocedió algunos, tomando mi mano y apretándola. Richard se detuvo, mirando nuestras manos unidas, elevó las cejas con incredulidad y finalmente, me miró.

—Así qué, ¿quién diablos... eres tú?—preguntó, arrastrando las palabras—. El nuevo novio de Alexandra, ¿eh?

Ya quisiera yo...

Epa, ¿qué fue eso, conciencia?

Una verdad.

Yo negué.

—Soy un amigo de Alexandra. Y para presentarme, me llamo Max Strauss, un gusto, señor... —dejé la oración en el aire para que él la continuara.

Pero él no continuó, solamente miró a Alexandra elevando una ceja, aún con las manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿No le has hablado de mí, pequeña?—Alexandra se tensó de nuevo, bajó la mirada, tragando fuertemente saliva y apretando mi mano. El señor volvió a mirarme—. ¿Tanto le afectó qué...?

—¡Ya! Por favor, ¡sólo lárgate!—exclamó Alexandra, interrumpiendo al señor.

Me dí cuenta que su labio temblaba y que sus ojos se estaban enrojeciendo. Diablos, ¿qué le pasaba? ¿Acaso el señor de ojos azules tenía que ver con qué ella se pusiera de ese modo?

—Pero, ¿por qué? Solamente hablo con tú querido amigo—le dijo, acercándose más a ella.

Alexandra volvió a retroceder y se aferró de nuevo a mi brazo, pero está vez con mucha fuerza.

El señor Richard se iba a acercar más, pero coloqué una mano en el medio, y me coloqué a Alexandra detrás de mí, protegiéndola.

—Señor, creo que no es conveniente que se acerque más. Mirela como está, es más que claro que su presencia no le hace bien...

—Hijo, no te metas—me interrumpió, mirándome con seriedad—. Esto es entre mi hija y yo.

¿Hija? ¿Ese señor era el padre de Alexandra? ¿Por qué Alexandra se ponía de esa manera si era su padre? ¿Por qué lo miraba con odio y miedo al mismo tiempo? ¿Qué habrá pasado?

—Señor, creo que no está bien...

—Te dije que te quites del camino, vine a saber sobre mi esposa y mis dos hijas—me dijo, tensando la mandíbula y acercandose a mí, su aliento a alcohol llegó a mis fosas nasales y caí en cuenta que aquel hombre se encontraba ebrio, y por nada del mundo, lo dejaría a solas con Alexandra.

Me Enamoré De Un Desconocido (Desconocido #1)✓Where stories live. Discover now