ten.

2.5K 240 259
                                    

BRIELLE MONROE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

BRIELLE MONROE.

—Te están hablando. —Nash chasqueó sus dedos debajo de mi nariz y sacudí un poco la cabeza, frunciendo el ceño.

—Señorita Monroe, le preguntaba si sabe la respuesta al ejercicio número dos —dijo el profesor Jenkins con paciencia.

Parpadeé, medio aturdida.

—Sí... Es... La raíz cuadrada de treinta y seis al cubo.

—Muy bien. —El profesor asintió con la cabeza, sonriendo.

Desde la tarde anterior, después de haber golpeado al agente Clement y haberme ganado una multa de trescientos dólares gracias a eso, mi mente como que había dejado mi cuerpo y decidió irse de vacaciones a dos años atrás, cuando mi mejor amiga estaba viva. No podía dejar de pensar en aquellos tiempos.

Nash, que se sentaba a mi lado, me había estado regañando para que pusiera atención y que él pudiera copiarme lo que yo escribía, pero no había caso. En el descanso nos fuimos a la cafetería y él me regaló un café, porque incluso me había olvidado el dinero en la casa. Localizamos una mesa y nos sentamos en los extremos opuestos, bien lejos el uno del otro.

Le puse la bombilla a mi café y le di un sorbo antes de mirar a Nash, que tenía esos ojos negros clavados en mí.

—¿Te debo plata que me miras tanto? —le espeté.

—Sí, te acabo de comprar un café —contestó con obviedad, cruzando sus brazos tatuados sobre su pecho.

—Arruinaste unos pantalones que me quedaban preciosos —contraataqué.

Él puso los ojos en blanco.

—Y sigue con los jodidos pantalones —gruñó por lo bajo.

Para mi suerte, nos llegó compañía.

—Adivinen quién tiene un punto por ponerle nombre a un esqueleto —dijo Ryan cuando se sentó a mi lado con una sonrisa, mientras Calvin se dejaba caer a mi otro lado con el ceño fruncido—. Se llama Huesito.

—Qué lindo —dije, soltando una risa por lo bajo—. ¿Y por qué Calvin está tan enojado?

—La profesora de biología me dijo que iba a hablar con el director por mi falta de respeto —respondió él, indignado—. Y sólo le dije a una compañera que parecía prostituta con la falda que traía.

Lo miré con el ceño fruncido, sin saber si pegarle o lavarme los oídos con cloro. O ambas.

—No le hagas caso, tiene problemitas —me dijo Nash desde el otro lado de la mesa.

—Ya me di cuenta —dije, y Calvin se puso de pie de un salto.

—Chúpalo —le dijo a Nash, enseñándole el dedo del medio. Éste le lanzó un beso al aire y Calvin se fue como un toro furioso de la cafetería.

ErrorWhere stories live. Discover now