nineteen.

2.3K 192 146
                                    

JESSE KNIGHT

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.

JESSE KNIGHT.

Cinco años atrás.

El timbre de mi casa sonó, así que me levanté del sofá y fui a abrir la puerta. Mi mejor amigo, rubio y más bajito que yo, se encontraba ahí con una sonrisa.

—¡Feliz cumpleaños! —Isaac me abrazó con fuerza.

—Gracias, amigo —dije, sonriendo, abrazándolo con las mismas ganas.

Lo había invitado a casa para hacer una pijamada. Mamá se había ofrecido a cocinar algo rico y a preparar un pastel para mí. Me hubiese gustado mucho hacer una gran fiesta, pero Isaac era mi único amigo, así que lo invité sólo a él.

Llevé al rubio a la sala y pusimos una de nuestras películas favoritas.

—¿Y tu padre? —preguntó él en voz muy baja; yo sabía que le tenía algo de miedo.

—En su trabajo, tranqui. —Me encogí de hombros mientras echaba palomitas en un plato y lo dejaba sobre su regazo.

Comenzó la película, apagué las luces y me senté junto a Isaac. No pasaron más de diez minutos cuando tres chicos cruzaron la puerta corriendo, dejando el piso de la entrada lleno de barro y tirando sus patinetas ahí mismo.

—¡Jess! —exclamó Ryan, acercándose a mí y alborotando mi cabello—. Feliz cumpleaños, amiguito.

Él me decía amiguito a pesar de que yo era sólo un año menor que él, pero no me molestaba porque me caía bien.

—Feliz cumple. —Nash, detrás de él, me saludó con un asentimiento de cabeza y se sentó junto a Isaac—. Hola, rubio, ¿me das?

Isaac asintió y le compartió palomitas sin despegar la vista del televisor. Nash tomó solo una y se dedicó únicamente a observarla.

—Ya tienes diez años, Jess. —Calvin me hizo a un lado para sentarse en mi lugar.

—Son trece —lo corregí.

—Es lo mismo. —Mi hermano se encogió de hombros.

—Dejaron toda la entrada sucia —les espeté, aunque sin emplear un tono brusco.

—No importa, para eso está mamá —respondió Calvin, sacándole palomitas del plato a Isaac.

Tragué saliva, intentando ignorar sus palabras. Odiaba que Calvin y mi padre vieran a mamá como un sirviente, como si ella no se sacrificara lo suficiente por nosotros. Me puse de pie y agarré un trapero para ir a limpiar.

—¿Te ayudo? —me preguntó Nash, su cara era de vergüenza y arrepentimiento.

—No, no importa. —Negué con la cabeza, pasando el trapero por las manchas de barro.

Entonces sentí una presencia detrás de mí y tragué grueso. Me di vuelta para ver a mi padre ahí, mirándome con confusión. Alto, rubio, imponente, con unos ojos azules idénticos a los míos. Costaba creer que alguien pudo hacerle daño.

ErrorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ