Todos alguna vez hemos cometido errores, pero nunca tantos como los que se cometieron en esta historia.
Con una hermosura angelical y un carácter fuerte, Brielle Monroe es una chica víctima de una vida agitada y rutinaria gracias a que su madre camb...
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BRIELLE MONROE.
Ni en mil años me hubiese imaginado que Calvin estaría detenido en la comisaría por ser, en ese momento, el principal sospechoso de la muerte de su padre. No había contexto, nadie sabía qué era lo que de verdad había pasado.
Ryan lo acompañó porque los policías le dieron derecho de tener solo un acompañante, y antes de irse nos dijo a Jesse, a Isaac y a mí que no nos moviéramos de la casa.
¿Le hicimos caso? Ja, claro que no.
Ninguno de nosotros quería estar presente en esa casa para el momento en el que llegaran. Algo había pasado, algo que iba a poner muy furioso a Calvin, más furioso de lo que nunca lo había visto. ¿Qué era capaz de hacer un monstruo como él cuando la ira lo controlaba?
Los chicos y yo nos fuimos a mi casa en un intento de escapar de ese monstruo. Isaac y Jesse habían llevado sus patinetas, así que yo iba caminando tranquilamente tras ellos en la calle vacía.
—¿Qué haremos si encierran al fideos? —preguntó Isaac.
—Una fiesta —contestó Jesse como si fuera muy obvio, llevándose un cigarro a los labios y encendiéndolo.
—Hablo en serio —replicó el rubio, negando con la cabeza.
—Y yo también, amigo.
—Yo creo que lo inteligente sería buscar a Jones y acabar con él de una vez por todas —compartí mi humilde opinión—. Lo siguiente sería irnos literalmente a la mierda.
—De hecho es buena idea —respondió Jesse—. Matamos a Jakob y nos vamos a... Nos vamos a Rusia, ¿qué tal eso?
—¿Por qué a Rusia? —pregunté entre risas.
—No creo que pueda vivir en un lugar caluroso —contestó Jesse—. Tampoco quiero seguir viviendo acá.
—Somos osos polares —coincidió Isaac—. Entonces, vamos a rezar para que encierren a Calvin. Luego nos iremos a Rusia, adoptaremos un oso y le pondremos Pablo de nombre.
—¿Por qué Pablo? —inquirí, esperando una respuesta interesante.
—Porque es el mejor Backyardigan.
—¿Cómo que Pablo? —preguntó Jesse, indignado—. Es mejor Austin.
—Qué poca clase tienen, es obvio que es mejor Uniqua —opiné.
Los chicos se rieron. Ya estábamos bastante cerca de mi casa, por lo que Jesse se detuvo y comenzó a caminar a mi lado, dejando a Isaac avanzar.
—¿Quieres patinar un rato? —me preguntó, señalando su skate.
—No, gracias. Prefiero mantener todas mis extremidades en sus respectivos lugares —contesté, y él dejó escapar una pequeña risa, pasando un brazo por sobre mis hombros.
