Juegos Mentales [Libro #1] ✓

CAPITULO 1

Meses atrás:

Hoy empiezo mi primer día en mi nueva ciudad y en una nueva universidad, maravilloso tener que cambiarse de país de un día para otro por una estupidez.

Me echo una ducha rápida y salgo a la cocina ya listo para largarme, mi hermosa madre sonríe al verme entrar a la cocina.

—Pensé que tardarías mas en salir de tu habitación. Hazme el favor y ya vete que ya es hora de que entres y sigues aquí. Muevete—dice lanzando una botella de agua que atajo en el aire— que tengas poderes no significa nada, mueve el culo.

Ruedo los ojos con fastidio.

¿De que me sirve tener poderes de poder correr a súper velocidad si no los puedo utilizar?

—No te pongas histérica que ya me iba madre — camino metiendo la botella en la mochila que guinda de mi hombro— llegaré en segundos.

—No seas imbécil, vete ya y mándale saludos a Willians de mi parte.

—Nos vemos.

—¡Hijo!— me giro hacia ella— Hazme el favor y conoce gente nueva, distraete un poco que para eso nos hemos venido de Rusia hasta aquí.

—No te preocupes mamá.

—Recuerda lo que te hable— me señala— no cometas errores y que nadie te note demasiado.

—De acuerdo.

El día a estado aburrido en la nueva universidad a la que me han metido mis padres. Todo el mundo se me queda mirando como si fuera la cosa más maravillosa que han visto y si es así sea pero da fastidio que no despeguen sus ojos de mi, no saben lo que es disimular pero en fin, ellos jamás verán algo tan bueno como yo en sus cortas vidas.

Mi última clase a sido muy extraña sobre psicología, dónde estaban hablando de los monstruos que ahí en la mente de las personas, hablaron también de asesinos y de como tenemos que cuidarnos de ellos ya que son muy peligrosos, que estupidez, ninguno de esos imbéciles piensa a quien tienen alfrente o que maldad se cargue cada quien encima.

Camino hacia la cafetería para encontrarme con Will un viejo amigo que vive aquí en España desde hace años que conocí hace unos cuantos años en Estados Unidos. De la nada siento que alguien me jala del brazo, me giro para ver a la directora con una sonrisa mirarme desde su baja estatura.

—Buenos días joven Millers. Es un placer tenerlo en nuestra universidad, espero y se sienta comodo— dice la mujer rubia con una sonrisa.

—Muchas gracias directora King— le respondo con una sonrisa de boca cerrada— y digame Taylor.

—Dígame, ¿A tenido algún problema el día de hoy?

—No, en realidad no.

—Eso me alegra Taylor, pero no lo busque para hablar de eso, usted no es de acá de España, usted viene de Rusia y nosotros queremos que los extranjeros se sientan cómodos acá— asiento con la cabeza— así que queremos ponerle un guia.

—Mmmm...—me rascó la nuca— no se si me hará falta un guia, estoy bien y entiendo bien el español, no se me hará problema.

—No se preocupe, lo entiendo, eso siempre hacemos con casos como usted— cuando dice casos como yo no es porque sea nuevo— queremos que se sienta cómodo y por eso le pido que acepte al guia que le pondremos.

—Esta bien, aceptaré su guia— acepto intentando no rodar los ojos frente a ella.

—Su guia va hacer una chica, es la chica con las mejores notas del instituto y es así como usted— dice refiriéndose a los extraños como yo.