CAPÍTULO 1

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YO TE INVOCO... ¡RUBIA DESESPERADA!
(OIE, SONÓ A YUGI-OH 0o0)


Severus estaba enfermo. No podía llevarlo en su cacería, así que su hermana le acompañó. Normalmente se separaban para que cada una fuera a cazar a un lado diferente del bosque y así recolectar más presas, pero por algún motivo Feyre insistió que quería que fueran juntas.

Caminaron en silencio y sin dejar huellas tal y como habían aprendido en esos cinco años. En su vida pasada, Faye había leído algunos libros donde la protagonista era cazadora y había aprendido algunos tips. Además de que, cuando aún vivían en la finca acaudalada de los Archeron, había leído verdaderos libros de cacería y le había preguntado a algunos cazadores cómo hacían para conseguir sus presas.

No encontraron a ningún animal desprevenido. Ni siquiera a las pequeñas liebres que solían ser las más frecuentes. En momentos como ese deseaba que Severus las acompañara, pero no podía exigirle que saliera enfermo.

Cuando la jornada diurna estuvo a punto de acabar, fue cuando Feyre la detuvo posando una mano en su hombro. Se volteó a mirar inquisitiva a su hermana y esta señaló hacia un grupo de zarzas cargadas de nieve. A través de las espinas, tenían una vista casi buena de un claro y del pequeño arroyo que lo atravesaba. Unos pocos agujeros en la nieve sugerían que el lugar era visitado con frecuencia. Con suerte, algo pasaría por ahí.

¿Y desde cuándo tú tienes suerte?

Cállate, Pesimismo, estorbas, wey.

Tú sabes que tengo razón, wey. ¿O quieres que te recuerde esa vez que debías entregar el cómic en una hora y tu hermano pequeño lo mojó todo con la leche sin querer y tuviste que volverlo a hacer corriendo?

Ña. Ña. Ña. Ña. Ña. No te oigo. Ña. Ña. Ña. Ña. Ña.

¿O cuando te comiste ese pastel de guayaba y al casi terminarlo encontraste algunas hormigas adentro?

Ojos que no ven corazón que no siente.

¿Y qué hay de cuando corrías por el pasillo para llegar a clases y, justo al doblar, una chiquita alzó su brazo golpeándote la cara y haciéndote caer boca arriba en el piso?

¿Podrías dejar de recordarme esas cosas, wey?

Noup :3

Púdrete, pendeja.

Pendeja tu madre.

Confirmo.

...

¿Qué?

Se supone que debes defender el honor de tu jefa, ¿sabes, wey?

Mi jefa perdió todo honor y dignidad desde el mismo instante en el que salió en pijama a ver si se había llenado de agua el tinaco a plena luz del día. No tengo nada que defender.

Lo que sea, rarita.

Mira quién lo dice.

Faye dejó de hablar consigo misma cuando vio una cierva pequeña a menos de treinta pasos. De inmediato tensó la flecha en su arco o, bueno, el intento de flecha. Se le habían acabado la mayoría de las que tenían puntas metálicas. Si acaso llevaba un par en su carcaj, pero el resto eran puras ramas con un extremo afilado.

Fue a apuntar, pero divisó un par de ojos dorados en el arbusto vecino. Posó su mano sobre el hombro de Feyre y le indicó con un movimiento de su mandíbula a dónde mirar. Ambas observaron al lobo más grande que hubieran visto en toda su fruta vida. No, no un lobo, sino...

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now