CAPÍTULO 3

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GRITA

 
 
 
 

Faye sintió que iba a desmayarse en cualquier instante, pese a que ya estaban fuera del alcance de esa presencia. De algún modo logró captar la atención de Lucien tironeando de la manga de su camisa. Con manos temblorosas hizo unas señas:

«Chale, we. Dime que eso no era un suriel»

—No. Era una criatura que no debería estar en estas tierras. La llamamos bogge. Es imposible cazarla y también es imposible matarla. Ni siquiera con tus amadas flechas de fresno.

«¿Por qué no tengo que mirarla?»

—Porque cuando la miran, cuando la reconocen, es cuando se vuelve real. Es entonces cuando mata.

«Una preciosidad el bogge. Se nota su amor y cariño hasta en la otra punta de Prythian»

Faye camuflaba su pavor con su comentario sarcástico. Era su método de autodefensa marca Tony Stark para momentos de estrés, de tensión, de nervios y de terror. Los cuales lastimosamente abundaban en su vida. Prácticamente respiraba sarcasmo.

«He oído la voz de esa cosa dentro de la cabeza. Me pedía que la mirara»

—Bueno, gracias al Caldero que no lo has hecho. Limpiar el desastre que habría dejado me hubiera arruinado el resto del día—Le dedicó una sonrisa débil en un intento bochornoso de humor negro.

«Me alegra no haberle arruinado su importantísimo día, gran señor. ¿Quiere que le haga una reverencia mientras grito que no soy digna o prefiere que le dé un masaje a sus pies?»

—Alis no se equivocaba contigo. Tienes un sentido del humor bastante entretenido—Lucien sonrió de lado, ya recuperado del encuentro con el bogge.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lucien había dicho que debía hacer una trampa de doble lazo en un bosquecito de abedules occidental cerca de una corriente de agua con un pollo recién muerto. Esperaba que las sogas que había utilizado fueran lo suficientemente fuertes como para retener al suriel. Eran tejido fae, así que debían de ser lo suficientemente resistentes a su fuerza, ¿no?

Se había escondido en una atalaya y no había traído a Severus. No quería que el pobre tuviera que enfrentarse a alguna criatura parecida al bogge otra vez. Entonces todo quedó sumido en un denso silencio. Hubo un ruido brusco, un zumbido y un alarido hueco, horrible, que hizo que se le paralizaran los huesos, los músculos y el aliento.

Otro alarido enfurecido desgarró el bosque y los lazos se tensaron pero aguantaron, aguantaron y aguantaron. Entonces bajó del árbol y fue al encuentro del suriel. Se trataba de una criatura humanoide envuelta en un velo oscuro cual dementor. La única diferencia con esas chupa-almas de Harry Potter era que a esta se le podía ver la cara esquelética con dentadura repleta de colmillos.

Silbó llamando la atención del suriel, quien olfateó un par de veces antes de voltearse lentamente y mirarla con esas cuencas blancas fantasmales.

—Humana—Dijo, y la voz era al mismo tiempo una y muchas, vieja y joven, hermosa y grotesca. Confundía a Faye—¿Tú has preparado esta trampa inteligente, malvada, para mí?

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now