CAPÍTULO 27

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LA VISITA AL CASTILLO EMBRUJADO

 

—¿Ya terminaron de ver quién tiene la verga más larga?—La voz de Faye hizo que ambos machos voltearan a verla.

Ella tenía los brazos cruzados y los observaba con una expresión de "Really, nigga?". Delante suya estaban Rhys y su amigo el Lucien. Ambos voltearon a mirarla con los ojos bien abiertos, uno más sorprendido que el otro.

¿Cómo habían llegado a esa situación?

Faye había decidido que acompañaría a Rhys en todos sus viajes a los campamentos ilyrios, lo quisiera o no. De esa forma el Alto Lord se consiguió su pequeña guardaespaldas y el nuevo dolor de cabeza de Lord Devlon. Por supuesto que la fae-humana-mexicana-cubana-prythianense hizo lo que le vino en gana en el campamento.

Pero eso era otra historia para otro momento. La cuestión era que, cuando ambos iban de regreso a Velaris, Rhys vislumbró un movimiento sospechoso entre los árboles. Ambos descendieron lo más silenciosamente posible y desenvainaron sus armas. Imagínense su sorpresa cuando discernieron una familiar cabellera pelirroja.

—¡¡Lucy!!—Chilló Faye como si se reencontrara con su amiga del alma después de mucho tiempo.

—¿Faye?—El emisario parecía tan sorprendido como ella.

—¡¡Lucy!!—Esta vez, salió corriendo a darle un abrazo.

No fue hasta que se separó de él que reparó mejor en la situación. Cuatro centinelas de la Corte Primavera, de pie entre los árboles, armados hasta los dientes, como furias, los ojos demasiado abiertos. Y todos, incluyendo a Lucien, tenían pintura negra en la cara como si estuvieran haciendo espionaje.

—Hey... ¿Qué changos están haciendo?—Faye inclinó la cabeza a un lado confundida, tratando de entender la situación—¿Están jugando a ser ninjas?

—Estamos en misión de reconocimiento. Te cazamos desde hace dos días...—Trató de explicarse Lucien antes de ser interrumpido.

—No mames—Arqueó una ceja para nada impresionada y dejó que el sarcasmo fluyera por sus labios—¿Espionaje? ¿Vestidos de negro a plena luz del día? ¿Sabes cómo fue que los encontramos?

—Faye, por favor. No tenemos tiempo para tu sentido del humor...—Su ojo metálico se movió errático entre Faye y Rhys de forma ansiosa—Tenemos que salir de aquí. Tamlin… Tamlin estaba fuera de sí.

—Tranqui, we. Estoy bien. Te salto con la pata coja si quieres.

—¡Faye!—Soltó exasperado, sosteniéndola de los hombros—¡Estoy hablando en serio!

Ella dio un respingo del susto. Nunca antes había visto a Lucien tan nervioso... desde Bajo la Montaña. Parecía que Amarantha le estaba respirando en el cuello mientras la miraba con sus ojos bien abiertos tratando de comunicarle un mensaje silencioso.

Frunció el ceño confundida. Antes de que pudiera preguntarle qué changos lo tenía con los nervios de una embarazada en pleno parto, una presencia a sus espaldas se acercó a ella. Rhys dejó que un resquicio de su poder emanara de su cuerpo, el suficiente para que los demás fueran conscientes de que estaban delante de un Alto Lord.

—Te recomendaría quitar tus manos, emisario...—Su voz sonó como un cuchillo acariciando suavemente la piel, como una amenaza silenciosa—... Porque, si no las quito yo, te aseguro que ella las quitará.

¿Ya he dicho cuánto amo a ese macho?—pensó Faye mientras se mordía el labio inferior al ver lo sexy que se veía Rhys defendiéndola.

—Dudo que lo haga. No sería la primera vez que tengo mis manos encima de ella—Gruñó Lucien de regreso y ella se volteó a mirarlo tan rápido que se hubiera roto el cuello.

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now