CAPÍTULO 20

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SANTA MADRE DE LAS SALCHICHAS
AMÉN

Al otro día, justo al despertar, Faye inmediatamente abrió el cuaderno que Darya le había ofrecido. Estaba ansiosa por saber qué catástrofes iban a ocurrir si no estaban prevenidos. Durante la reunión que tuvo el Círculo Íntimo, surgieron varias preocupaciones: la respuesta de las reinas, la resucitación de Jurian, el próximo movimiento del rey de Hybern, cuánto se mantendría la cortina que cubría su robo de la Corte Verano...

Y, plus, no tendría que ver a Rhys al desayunar.

Ya no sabía cómo debía actuar delante de él. Así que prefería estar encerrada junto a Severus. Aquel lobo actuaba más como un perro grande y cariñoso que un depredador del bosque para ser sinceros. Aunque a veces le gruñía a Rhys o a Cassian cuando molestaban a Faye.

Había obtenido a un guardaespaldas gratis(?).

Los apuntes de Darya le resultaron un tanto confusos. A veces era bastante explícita sobre qué debía hacer, cómo y el porqué según lo que había leído en los libros. Sin embargo, en otras situaciones simplemente escribía lo que debía hacer y ya, como si no tuvieran tanta importancia. Y cerca del final del cuaderno había varios garabatos, palabras tachadas e incluso manchas de tinta como si hubiera pensado y repensado en qué escribir.

Mientras curioseaba en el cuaderno, Cerridwen apareció trayendo una bandeja. En esta había una pequeña cesta de pan caliente, mantequilla con su cuchillo y una taza con un líquido espeso que olía a chocolate.

-¡Mi precioso!-Faye extendió sus brazos, codiciosamente hacia la bandeja cuando Cerridwen se la acercó-Eres un regalo divino... No. Eres una diosa. Estaré eternamente agradecida contigo-Agradeció con gran admiración.

-Sus agradecimientos deberían ser dados a la persona correcta-Ante las palabras de Cerridwen, Faye se detuvo a medio camino de comer un pan con mantequilla para mirarla con cara de mensa. Así que añadió:-Rhys estuvo preocupado al no verla en el desayuno.

Faye bajó el pan y formó una perfecta "o" con su boca. Bajó la mirada a la bandeja que yacía sobre su regazo. Se sentía cohibida por aquel detalle. La última persona que le había llevado el desayuno a la cama fue Feyre.

Y yo le pago evitándolo como a la lepra...-un aguijonazo de culpa le atormentó la consciencia.

-Gracias, Cerridwen... También...-Frunció los labios un momento antes de añadir:-Dáselas a Rhys de mi parte y dile que estoy bien. Solo... Estoy ocupada con algo importante.

Debería escribirle a mis hermanas.

Había dejado de lado las cartas cuando fue a la Corte Verano. Eso fue porque su paloma mensajera estaba como que "programada" para volar de regreso a la Corte Noche. Además de que no tuvo chance de escribir más por las intrigas políticas y el gran robo.

Buscó por la habitación alguna carta que hubiera llegado de parte de sus hermanas y encontró una paloma. Casi le daba un infarto al ver al animal. Pero es que... ¿Desde cuándo aquel bicho estaba ahí sin que ella se diera cuenta?

Y yo de mensa ni me doy cuenta de que está ahí...

Suspiró aliviándose del susto y tocó el pico del ave con un dedo. De inmediato la paloma se convirtió en una hoja de papel mientras el olor de la magia le acarició la punta de la nariz.

Elain le había escrito. Sonrió levemente mientras leía el contenido. Aparentemente le iba de maravilla con los preparativos y le gustaría, aunque sea, poder verla junto a Feyre el día de la boda. Ni siquiera les obligaba a asistir, solo quería saber que también tenía el apoyo de ambas.

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now