CAPÍTULO 15

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UNA CORTE MUY RECONFORTANTE

 

 
 
Justo cuando pienso que ya pasó mi etapa de pendejadas... ¡PUM! Estreno una nueva temporada. Eres increíble, Faye. Siempre te las arreglas para cagarla en grande—se reprendió mentalmente mientras se instalaba en la habitación que Tarquin le había ofrecido para pasar su estadía en la corte.

Les ofreció una suite de habitaciones comunicadas por una puerta, todas sobre un vestíbulo lujoso, enorme, abierto al mar y a la ciudad. La habitación de Faye era de color espuma de mar y el azul más suave del universo, con círculos dorados, como la valva marina bordeada de oro que descansaba sobre la cómoda pálida de madera. Sería tremendo hotelazo si contara con un pantalla plana y aire acondisoplado.

Se soltó el cabello porque le empezaba a doler la cabeza de los tirones que le daba su peinado. Fue a salir, queriendo pedirle permiso a Tarquin para mañana ir a la playa. Se encontró con Rhys, quien estaba en una posición que daba a entender que pretendía entrar a la habitación. Él abrió la boca y ella cerró la puerta de un buen golpe justo delante de sus narices.

Para algo se hicieron las ventanas—pensó mientras se dirigía con determinación hacia la ventana más próxima.

Justo cuando tomaba impulso con un pie en el marco de la ventana, Rhys se tamizó dentro de la habitación a tiempo de detenerla de la suicidación. La sostuvo por la cintura y la alejó, cargándola en el aire. Faye evidentemente forcejeó, pero no logró zafarse. Como le daba mucha flojera seguir forcejeando en vano, decidió quedarse quieta mientras pensaba en cómo quería asesinarlo.

—...-tola... Hm... No, no podría... Maldita sea... ¿Por qué changos no hay pistolas aquí? Hm... Aunque podría conseguirme una ballesta... Sería casi igual de efectiva... Además mi puntería es buena... Podría dispararle primero en su horrible salchicha microscópica, después en esa estúpida bocota para que deje de sonreír como un pinche estúpido...

—Mi salchicha es de todo menos microscópica y horrible—Rhys interrumpió sus murmullos con sed de sangre.

Al salir de sus pensamientos, se dio cuenta de que él se había sentado en su cama y a ella la había colocado sentada sobre su regazo. Estaban cara a cara... muy cerca. Demasiado cerca para el bien de Faye. Podía sentir su perfume, su tibieza, su inmenso poder impregnando cada célula de su ser... Volteó su cabeza hacia otro lado para no ver la sonrisa petulante de Rhys.

—¿Qué quieres? ¿Tienes algún problema que me requiera o qué, wey?—Se cruzó de brazos sin mirarlo a la cara.

—Hm...—Faye sintió los dedos de Rhys jugando con las puntas de su cabello negro—El problema, me doy cuenta, es que me gusta Tarquin. Incluso Cresseida y Darya me gustan. Varian… podría vivir sin Varian, la verdad, pero unas semanas con Cassian y Azriel y los tres se llevarían muy bien y yo tendría que aprender a apreciarlo. O él estaría dando vueltas alrededor de Amren y yo tendría que dejarlo en paz o arriesgarme a despertar la ira de ella.

¿Qué? ¿Le visitó su Pepito Grillo o qué? Parece que se está arrepintiendo...

—¿Así que abortamos el plan de robar el libro?—Le preguntó aún sin mirarlo a los ojos y sintió un tirón en su cabello—¡Auch! ¡Eh!—Se volteó para mirarlo con cara de pocos amigos y tratar de quitarle los dedos de su pelo.

—Solo te pido que, cuando lo robes, lo hagas lo más discreto posible—Dijo ya sin su usual sonrisa burlona, con una expresión seria.

—No quieres que me atrapen y nos descubran, incluso si ya tenemos lo que queremos, ¿no?—Arqueó una ceja en su dirección.

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now