CAPÍTULO 22

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UNA NOCHE INOLVIDABLE

 
 

¡¡Me lleva la chingada madre que remilputas me parió!! ¡¡Chingada madre!! ¡¡Pinche wey mamón de los cojones, solo porque estés bien pinche sabroso no te perdono que me estés torturando!! ¡¡¡AH!!! ¡¡La verga!! ¡¡No te deseo el mal, pero ojalá que te golpees el dedo chiquito del pie con cada maldita cosa dura que hay en esta maldita ciudad de mierda!! ¡¡Ay, carajo!! ¡¡Estúpida, que me dejas sin brazo!! ¡¡Ojalá que un violador gay te deje el culo partío en cuatro!!—se quejaba mentalmente mientras sus heridas eran atendidas.

Podía haber sido atendida por una sanadora y habría matado y salado el asunto. Pero Rhys insistió en ser quien le tratara las heridas junto a Mor, ya que Amren aún estaba ocupada descifrando los libros. Así que estaba sentada sobre su cama con Severus acostado a su lado para hacer función de perro de terapia. El Alto Lord se encontraba sentado del otro costado mientras la envolvía en vendas o suturaba algunos cortes muy profundos. Y la alta fae rubia estaba sentada detrás suya mientras examinaba el pelo negro maltratado.

Todos estaban sumidos en un pesado silencio. Rhys no lo había expresado, pero se notaba que estaba disgustado con el hecho de que le hubiera desobedecido. Faye no estaba dispuesta a disculparse por algo de lo que no se arrepentía. Y Mor... Bueno, tuvo la mala suerte de terminar en medio de esos dos.

—Tendré que cortar gran parte de tu pelo para emparejarlo. Tienes varios mechones mucho más cortos que el resto—Habló Mor de repente.

Faye sostuvo entre sus dedos uno de aquellos mechones que había mencionado. Era cierto. Sus cabellos le llegaban por debajo del culo debido a la falta de cuidado que les daba. Pero ese tan solo llegaba unos centímetros por debajo de sus hombros. De puro milagro llegaría a la mitad de la mitad de su espalda.

—Puedes hacerlo. No me molesta. La neta siempre me estorba en los entrenamientos.

—Bien... Rhys, necesitaré que dejes de apretarle las vendas innecesariamente dos veces—Pidió Mor sin temor alguno y guió a Faye hacia el baño—¿Qué pasó ahora entre Rhys y tú?—Preguntó tan pronto cerró la puerta a sus espaldas.

—"¿Qué es lo que no pasó?", querrás decir—Corrigió en un intento de evitar responder a la pregunta. Pero solo bastó que una rubia ceja fuera alzada con escepticismo en su dirección para confesar:—Él me había dicho que me refugiara en la Casa de la Ciudad, pero como yo soy Far-... Faye Pendeja Archeron no lo hice.

La mirada de Mor se suavizó y sonrió con comprensión. Abrió una estantería y sacó un par de tijeras junto a un peine. Señaló la taza del inodoro y Faye se sentó encima de esta.

—Y asumes que está enojado contigo—Supuso Mor mientras le peinaba los cabellos.

—No sé tú, pero hace un minuto temía que iba a morir asfixiada por las vendas.

—Él se preocupa por ti—Su voz fue acompañada del chasquido de las tijeras.

—Lo sé...—Suspiró Faye frustrada y susurró por lo bajo:—Yo también lo hago por él...

Mientras tanto, del otro lado de la puerta insonorizada del baño, estaban Rhys y Severus aún sobre la cama. Ambos se miraban fijamente a los ojos. El Alto Lord no podía evitar recordar la forma lobuna de Faye cada vez que veía aquel animal.

—Debería de decirlo, ¿no?—Severus alzó su cabeza mirando con curiosidad a Rhys, puesto que él de repente había hablado—O tal vez solo debería hacer como siempre...—Se pasó una mano por el cabello negro, desacomodándolo—Es que... Está en nuestra naturaleza... Nunca lo había dicho antes...

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now