CAPÍTULO 5

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CONVIÉRTETE EN UN ARMA

 
 
 

—No mames—Espetó Faye con las cejas alzadas, con incredulidad.

—¿Pensaste que se terminaba con Amarantha?—Continuó el wey este como si no hubiera dicho que la Tercera Guerra Mundial iba a empezar dentro de cinco minutos en Latinoamérica. Ella solo se le quedó mirando en silencio—Hace cientos de años el rey de Hybern planea una campaña para reclamar el mundo que queda al sur del Muro. Amarantha fue un experimento… Una prueba de cuarenta y nueve años, para ver la facilidad con que podía caer un territorio y la duración de esa toma de poder en manos de uno de sus comandantes.

Para un mortal de ese mundo retrasado, cuarenta y nueve años eran una vida entera. Para un inmortal, cuarenta y nueve años era nada.

—Va a atacar Prythian primero.

Faye no preguntó. Estaba segura de que el objetivo del rey de Hybern era justamente la única amenaza mágica cercana que le impedía ir hacia las tierras humanas del sur. Porque, pese a que no sabía si los demás altos lores lucharían por los humanos, ella no pensaba dejar que aquel mamón atacara a las personas que vivían más allá del Muro.

El Muro... La red de pesca con huecos. Sabía que había algunos agujeritos en esa barrera. Feyre, Tamlin y ella misma los usaron para ir del mundo mortal al feérico. Pero esos eran minúsculos y dudaba que un ejército pudiera pasar por ellos... A menos que el rey de Hybern tuviera la suficiente paciencia para hacerlos pasar de uno en uno, ocultos por alguno de sus chingones hechizos. La cuestión era cuándo pensaba atacar.

No sabía si había bajado sus escudos mentales inconscientemente o si Rhysand supo leerle la expresión, pero él dijo:

—No sé cuándo o dónde piensa atacar. No sé quiénes van a ser sus aliados.

—¿Va a tener aliados en Prythian?—Frunció los labios en una mueca ante esa posibilidad.

Rhysand hizo un lento gesto de asentimiento. Su expresión adusta tan extraña en él que parecía otra persona, una más seria y madura. De sus pies parecían brotar sombras, un rastro de oscuridad en el suelo.

—Cobardes que se agachan y se unen a él en lugar de volver a pelear contra sus ejércitos.

—¿Los otros altos lores participaron en la guerra?

Recordaba que Tamlin dijo no haber participado, pero bien y algún otro Alto Lord podría haberlo hecho. Solo debía descubrir si fue a favor de los humanos o en contra. Podría encontrar aliados en el primer grupo.

—No todos... Tarquin y Tamlin son demasiado jóvenes...—Faye alzó una ceja escéptica y él añadió:—... En nuestro sentido, por lo menos. Pero el resto de nosotros sí.

Parpadeó aturdida.

¡Por el vestido de Dumbledore, estoy hablando con un fósil prehistórico :v!

—Participaste en la guerra...—Habló lentamente, aún procesando esa información.

—Yo era joven… Pero mi padre había enviado ayuda a la alianza de los inmortales y los humanos en el continente y yo lo convencí de que me dejara liderar una legión de soldados—Miró el mapa con ojos vacíos, como si vieran otra cosa—Me enviaron al sur, justo donde la pelea fue más dura. La matanza fue…—Se mordió la parte interna de la mejilla—No tengo interés en volver a ver una matanza de esa escala en toda mi vida—Parpadeó como si quisiera sacarse los horrores de la mente—Pero no creo que el rey de Hybern vaya a empezar una guerra así, no al principio. Es demasiado inteligente para malgastar sus fuerzas aquí y darle al continente tiempo para prepararse mientras nosotros peleamos con él. Si hace un movimiento para destruir Prythian y acabar con el Muro, lo va a hacer a través de la astucia, del engaño. Para debilitarnos. Amarantha fue la primera parte de ese plan. Ahora tenemos varios altos lores sin probar, cortes quebradas con altas sacerdotisas que dan vueltas alrededor del poder como lobos alrededor de un cuerpo muerto, y un pueblo que sabe lo indefenso que puede llegar a sentirse.

A COURT OF SILENT AND STARS (UNA CORTE DE SILENCIO Y ESTRELLAS)Where stories live. Discover now