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A R C O I R I S

A R C O I R I S

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Mel.

Mierda.

Un llanto me despierta haciendo que me levante automáticamente de la cama. Mi compañero se sienta asustado y lo veo gatear por encima de la cama para llegar a mi costado.

—¿Ahora que tiene? ¿Frío, hambre, frío y hambre? ¿O tal vez nos odias y por eso no nos dejas dormir? —una sonrisa sale de mis labios al ver como Harry se lanza sobre el suelo. —¡Me cago de sueño!

Ignoro su drama y tomo a mi hijo en brazos. Empiezo a moverlo de un lado al otro, su llanto sigue siendo fuerte y su pobre padre se encuentra ya en la cama tapandose los oídos.

Miro el reloj y veo que apenas son las cuatro de la mañana, así que descubro la causa del llanto.

—Tiene hambre —susurro y camino con él hasta la cama. —¿Puedes pasarme uno de sus baberos?

Escucho una queja pero lo veo levantarse, mi pobre novio arrastra los pies y busca en la oscuridad entre las cosas de Dom.

—No vas a encontrar nada a oscuras.

Voltea a mirarme y me saca el dedo medio, rio y acomodo a mi hijo en brazos. Muriendo de frío, destapo uno de mis pechos y veo como sus ojos desesperados buscan alimento. El llanto se calla automaticamente y oigo como el padre del bebé susurra gracias para seguir en su trabajo.

—Ya bebé, ya estas comiendo —digo cuando veo como sus ojos ruedan y parece borrachito por la leche.

Suspiro y me recuesto entre las almohadas, cansada.

Y es que no pegamos un ojo en toda la noche desde hace ocho meses.

Pero eramos felices, porque nunca pensamos poder decir que eramos papás, porque pensamos que este proyecto que teníamos ambos era imposible, porque pensamos que el destino nos quería arrebatar esta parte de vida de la que estabamos muy ansiosos por vivir.

Agosto, 2019

Mi mirada se encontraba perdida en el suelo mientras esperabamos al doctor. El sonido de las ambulancias se escuchaba cada tanto y mi respiración se aumentaba por momentos. Un apretón en mi mano me hizo regresar a la realidad.

—Todo va a salir bien, mi amor, sé que ambos van a estar bien.

Eran apenas las diez de la noche cuando pegué un grito por ver sangre en el suelo. Harry entró al baño corriendo y cuando descubrimos de donde venía el sangrado, encendió el auto y me trajo a emergencias.

No nos habían dicho absolutamente nada. Me ingresaron al pasillo de maternidad, me revisaron y cuando pudieron parar mi sangrado, el doctor se fue sin decir una palabra.

Mundo Harry (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora