49.2

651 38 9
                                    

C A L L M E B A B Y

C A L L M E B A B Y

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Harry.

Mi tercer vaso de whisky se había acabado. Después de tanto tiempo el líquido ya había sido familiarizado por mi cuerpo al punto de parecer agua para mi.

El ambiente estaba siendo ameno y Dios sabe que empezaban a ser pocas las veces que me permitía disfrutar un momento de la vida sin la ansiedad de pensar en que no lo merecía.

Porque era consciente que no lo merecía.

Sin embargo, Mitch junto a Sarah habían conspirado entre ellos para arrastrarme a este tipo de bar-karaoke. La novia de mi mejor amigo me acosó todo el día por mensajes de texto hasta que acepté.

—En verdad es muy intensa cuando se lo propone —habla Mitch a mi lado.

—Soy perseverante, Rowland, no confundas los significados —dice su novia antes de abandonarnos para ir a cantar junto a su hermana.

Ambos reímos y nos perdemos en conversaciones absurdas sobre por qué el vodka es un asesino serial para todos.

Intento relajarme, realmente lo hago, pero mi cabeza me dice que no merezco paz.

Porque había pasado un año desde el peor día de mi vida, desde el puto día en el que perdí a Julia, y trato de no nublarme ansiosamente cuando la recuerdo sonriendo en mi mente, y quizá funciona mejor desde que mi psicóloga me dijo que debía dejarla ir, que no podía seguir esperanzado esperando que un fantasma regresara, porque ella nunca lo haría, y era mi culpa.

Cuando la vi partir de mi lado, de mi vida, supe que estaba arruinado para siempre. Rompí y quebré todo a mi paso, quizá esperando que todos supieran lo que se sentía sentirse roto, pero eso no me alivió. Mucho menos terminar de inmediato con esa aventura estúpida en la que estaba involucrado, porque había sido la mayor mierda que había cometido en mi miserable vida.

La doctora Yon, mi psicóloga, me repetía una y otra vez que el ser humano tenía una fijación absoluta por conseguir lo que no podía, por obtener lo que era prohibido. Luego de una larga sesión en donde hubo llanto, miedo y un poco de rencor hacia mí mismo, supe que siempre había sido Julia, y que ninguna otra mujer podría ocupar ese lugar en mi corazón.

Pero era tarde. Seis meses tarde.

Seis meses en los que no la encontré, ni siquiera rogando por cruzarmela en mis sueños, porque tampoco lo hacía.

Julia había desaparecido. Y eso me destrozaba porque la necesitaba.

Pasó un año entre tristeza, odio, depresión y aceptación. Es curioso como la terapia te hace descubrir cosas que no imaginabas recordar, como te lleva a momentos que no sabías que tenías en la mente pero que si te esfuerzas un poquito en recordarlos, aparecen como si hubieran ocurrido ayer, y eso me pasó. Un pequeño Harry de cinco años llorando, triste, abandonado, un Harry de dieciséis con la fama encima y el mundo en las manos, un Harry perdido de dieciocho años que no sabía hacia donde ir y un Harry de veinte desesperadamente asustado por no perderse entre las drogas, el alcohol y las mujeres.

Mundo Harry (One Shots)Where stories live. Discover now