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Harry.
Llego a casa y la encuentro absolutamente silenciosa para mi gusto. Cierro la puerta y dejo mi abrigo encima de un sofá y voy prendiendo las luces mientras me adentro en mi hogar.
Frunzo el ceño al ver que mi esposa no se encuentra aquí ya que llamo por las escaleras y nadie me contesta. Con hambre, me dirijo a la cocina y le dejo un mensaje para saber donde se encuentra.
Harry. Amor, acabo de llegar a casa, dónde estás? 21:15.
Después de teclear, bloqueo el teléfono y abro la refrigeradora para encontrarme un rico tupper con pasta. Muerto de hambre, me dedico a calentarla en el microondas y, ya que odio estar solo, prendo algo de música para acompañarme.
Viv. Estoy con mamá, Dar se quedó en casa. En la refrigeradora hay pasta, calientala, no tardo. 21:20.
Le digo que la espero y que la amo. El sonido del microondas me hace pensar que mi pequeña no me ha recibido y eso me parece extraño.
Dejo todo y subo rumbo a las escaleras para buscar a mi hija. En la puerta de su habitación no hay bulla y pego el oído para intentar oír algo pero no es así. Toco lentamente unas tres veces y cuando ella no responde, me asusto y abro la puerta.
Prendo la luz y veo un gran bulto en la cama.
—¿Dar? —algunos rizos se asoman por las mantas encima de ella.
—Oh, hola pa, no oí que llegaste —la voz le sale algo cortada y me acerco un poco más hacia su cama.
—¿Estás bien? ¿Por qué no acompañaste a tu mamá? —ella siempre iba a donde iba Viv, por eso me extrañaba.
—Estoy con mi periodo, ya sabes, me desangro y no quiero…
—Entiendo, entiendo —digo riendo un poco. —Estaré abajo por si necesitas algo.
Ella asiente pero hay algo raro en mi hija que me hace dudar, no me siento tranquilo y quiero llenarla de preguntas, pero en su lugar, asiento y camino despacio hasta la puerta.
—¿Pa? —vuelvo hacia ella, deteniéndome.
—¿Qué ocurre, cariño?
La veo sentarse en su cama con todas las mantas envolviendola.
—Ahm… —sus ojos se mueven rápido por toda la habitación. —Había alguien que me gustaba mucho pero… no funcionó así que… —ella se silencia.
—Eso es una mierda —suelto para alivianar el ambiente y la veo reír solo un poco. —¿Traigo helado y lo conversamos?
Ella sonríe haciendo que su hoyuelo izquierdo resalte y asiente.
