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E N D    O F    T H E    D A Y 

E N D    O F    T H E    D A Y 

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Harry.

La música se oía a lo lejos como si estuviéramos a unos pisos de diferencia cuando realmente solo nos encontrábamos en la terraza.

—¿Esa puerta es realmente gruesa, no es así? —volteo a ver a la mujer de mi costado.

—Estaba pensando justamente en eso —admito y bebo un poco de mi vaso de Coca Cola.

—Conectados —se remueve en su sitio y suelta una risita.

Las once cuarenta y cinco marcaban en el reloj. El cielo estaba despejado, dejando al gran círculo ser la estrella de la noche. El viento corría y sus cabellos pelirrojos se movían despeinandola.

Ella se levanta del asiento y camina hasta el barandal.

—Te amo —pero ella no giró, quizá no me escuchó por la cantidad de viento o simplemente no quiso hacerlo.

Como siempre, corrí tras ella y la tomé por la cintura, robándome un grito de sorpresa cuando me sintió.

—¡Nos pueden ver! —soltó cuando le di un beso en el cuello.

—Solo somos, tu, yo y la luna, amor —con movimientos rápidos, la giré.

—De todas formas, Harry —suspira cuando entiende mis intenciones. —Estás en llamas, bebé —y algo encendió en mí.

Y sin esperar su respuesta, la beso por quizá muchos minutos. Sus manos viajan a mis rizos y las mías a sus piernas y cintura. Me pierdo entre sus pequeñas sonrisas cuando le digo que es todo lo que siempre he querido y no puedo evitar que mi corazón se acelere cuando abro los ojos y descubro que es real.

—La fiesta ya está terminando —susurra a centímetros mío.

—¿Así? —le sigo el juego de hablar bajito.

—Y el día también —un puchero crece en sus labios

Y sé que es momento de llevarla a casa.

—De acuerdo, vamos —asiente y sus manos arreglan el cuello de mi camisa.

Nos despedimos de nuestros amigos, algunos ebrios y otros limpiando el desastre que dejaron los demás. Un par de chicos miran a Christine cuando sale por la puerta y no puedo evitar pensar que me encantaría golpearlos.

Cuando por fin somos los dos en las calles solitarias, ella camina delante mío mientras da algunas vueltas con los brazos abiertos. No dudo en tomar mi teléfono y apuntar hacia aquella pelirroja que me tiene, muchos dirían, tontamente enamorado. Mi mamá cree que mi amor por Christine es como una gripe que me tiene adormilado la mayoría del tiempo, pero el cura de su iglesia le ha dicho que mi novia es el diablo que me tienta a pecar.

Y realmente si me tienta, y como no podría hacerlo.

Ella es realmente bonita.

Y no lo digo porque sea mi novia. Lo digo porque cuando la conocí en el primer año de la facultad, rechazó a tantos chicos que me hizo sentir sin alguna posibilidad. Perseguirla y llevarle los libros que hasta el día de hoy ella prefiere a usar internet me dieron puntos extras. Así como cantarle con mi guitarra en nuestros espacios entre clases y regalarle un girasol cada doce del mes, porque fue el día que la vi por primera vez.

Christine es delicada y muy femenina, porque tambien es fuerte y decidida. Recuerdo bromearle siempre con que gracias a eso tengo dos novias y puedo divertirme con ambas. La llevo a comer cuando se le da por colocarse elegante o vamos a un partido de basquetball cuando roba mis playeras y gorras.

Sea de cualquier manera, estar con Christine estaba siendo la mejor aventura de mi miserable vida. Hacer el ridículo en el centro comercial porque sonó la canción de un tal Niall Horan que ella ama o simplemente ser ella y yo sentados en el sofá de mi departamento mientras mirabamos el techo.

—¿Harry? —sus facciones no se ven porque la luna nos hace sombra al encontrarse en su punto máximo en el cielo.

—Lo siento, estaba pensando en ti —admito cuando la tengo cerca.

—¿Y en qué pensabas? —dice cuando siente mi mano en su trasero.

—En que tú eres todo lo que quiero al final del día —mis manos ahora toman sus mejillas y las siento poco a poco calentarse un poco. —Ya sabes lo que dicen...

—¿Que el amor es aterrador? —susurra mirándome.

—No —suelto con gracia. —Que cuando amas a quien amas, debes seguir a tu corazón aunque este se pueda romper.

—Oh —Christine me abraza. —Te amo, Haz.

—Yo también te amo, Chris.

Y lejos de ponernos melosos, ambos caminamos de la mano bajo la luz de la luna, queriendo que los minutos sean eternos y el día se demore en acabar. Quizá ella quiera esperar al otro día hasta que se ponga el sol a mi lado, porque sinceramente, las noches eran nuestras y cuando la luna salía, ella era todo lo que yo quería.


🌻🌻🌻

Cortito pero actualizando

Perdonen la desaparición :( 

Quisiera saber su opinión porfiii, no me dejen hablando solita.

Tengo dos fics para escribir. 

La primera es sobre un Harry que termina siendo un músico subterráneo que viaja a América por el sueño americano (Subway Boy) y la otra es sobre un triangulo amoroso en donde Harry será la manzana de la discordia (Ghostin) 

¿Cual les gustaría leer primero?

Nos leemos prontito.

- Clau.

Mundo Harry (One Shots)Where stories live. Discover now