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A M O R    Y   T R U E N O

Harry.

La vida había resultado muy incierta estos últimos meses. Realmente no tenía claro si era porque lo había elegido o porque el destino lo había decidido ya por mi. Volteo mi cuerpo y la veo durmiendo, el ceño fruncido que llevaba anoche luego de discutir había desaparecido, incluso tenía el rostro relajado.

Habíamos decidido que no podíamos seguir así. Y aún no puedo comprender muy bien como llegamos a eso. Ella no había comenzado, yo tampoco, pero supongo que a veces aparecen los temas sobre la mesa sin tener la intención de tocarlos.

—Creo que estás siendo muy cerrado, Harry —me había dicho mi novia cuando le dije que deberíamos tener algún paso más en nuestra relación. 

Que debíamos avanzar.

—No es eso, creo que ya es momento de casarnos, Charlotte —y puso cara de horror.

Dios, la puso.

Ella me había dicho que no quería casarse desde el primer día que la conocí. Me recalcó que no necesitaba un papel para sentir que tenía un hogar con alguien, que no era de las mujeres que se ataba. Y por mi estuvo bien, cinco años estuvo bien, hasta que me di cuenta que necesitaba que sea mi esposa. 

Porque amaba a Charlotte, la había amado desde que le abrí mi corazón. No solo la quería porque era una mujer impresionante, la quería porque ella me hacía sentir en casa, porque cuando la tenía conmigo no sentía que debía correr hacia algún lado, me sentía completo. 

Sin embargo necesitaba que esto avanzara, necesitaba que algo brillara en su dedo anular izquierdo cuando la tomaba de la mano al caminar. Derrepente estaba siendo egoísta, pero de darle tantas vueltas al asunto solo me llevó a pensar que debía hacer al respecto.

—Hey —ella se mueve un poco, abriendo los ojos lentamente. —¿Estás despierto hace mucho?

No pude dormir.

No, hace unos minutos —le sonrío.

Ella me mira esperando que diga algo, que le de la razón tal vez, pero no digo nada. Charlotte se acurruca en mi pecho descubierto y siento como su mano derecha se detiene en mi corazón.

—No quiero que estemos mal, H.

Suspiro y le acaricio el cabello.

—No lo estamos, amor, no lo estamos.

Mundo Harry (One Shots)Where stories live. Discover now