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S E E Y O U A G A I N

S E E Y O U A G A I N

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Eloise.

Mis manos viajan hasta mi taza de té y suspiro cansada. Apenas eran las cuatro de la tarde pero el día tenía un sol inusual en Cheshire.

Tomo mi lapicero para seguir escribiendo mi lista de alimentos para esta semana. Mi manía de hacer listas me acompaña desde que me encontraba en la escuela y creo que nunca me dejaría por completo.

El espacio se me acaba, sonrio nostálgica al pasar la hoja y encontrarme con las líneas que me escribió Harry.

Como tanto amas las listas, aquí hay una con todas las razones por las que te amo.

Me dijo para entregarme la libreta y recuerdo llorar con su regalo hace tres Navidades.

Pero la risa se me va automáticamente al recordar que no lo veo desde hace tres años. Suspiro y paso las páginas hasta las últimas hojas de la libreta, una cantidad de palitos están anotados junto a una foto de mi novio.

Y me enamoré más de él solo viendo la foto.

El uniforme de marino le queda precioso. El sombrero blanco y sus muchas insignias lo hacen ver brillante. Sale serio y se le ve imponente.

Tomo la fotografía tamaño carnet entre mis dedos y le doy un beso.

Lo extraño tanto.

Pero sabía que era su sueño, sabía que el servir a la Marina Real Británica había sido su meta desde que teníamos cinco años.

Porque nos conocíamos una vida entera.

Y porque supe que lo extrañaría mucho cuando me dijo que estaba enamorado de mi a los dieciséis años. Ahora, con veintitrés y todo lo que hemos pasado, me confirmo a mi misma que mi sacrificio más grande fue desprenderme de él la primera vez que entró a la escuela de entrenamiento.

No lo vi un año.

Pero sabía que si ingresaba todo cambiaría.

Y así fue.

Porque Harry era disciplinado y destacaba. Defender a su país era uno de sus sueños más grandes y me hacía sentir orgullosa del hombre tan valiente que tenía al lado.

Un día llegó a mi puerta diciendo que lo habían enlistado en una misión de navegación para investigar nuevos procesos en aguas casi vírgenes.

No sabía cuando volvería.

Abrazarlo fuertemente mientras lloraba en su hombre era el recuerdo más duro para mí. Que esté incomunicado y mar adentro me ponía tan nerviosa como histérica, pero él estaba haciendo lo que más quería y era lo único que importaba.

¿Cómo nos comunicamos?

Todos los marineros tenían derecho a una videollamada semanal, eso era todo.

Mundo Harry (One Shots)Where stories live. Discover now