MiniRelato Nº10: Ladynoir

675 81 3
                                    


#MiniRelato #Ladynoir

Marinette abrió los ojos y miró el techo de su habitación con cierta rabia. ¿Por qué no podía dormir?

Se sentó en su cama, observando el teléfono celular para corroborar la hora.

2:00AM

Sabía que ya no iba a poder dormir, observó a Tikki que aun dormía y decidió buscar en su teléfono celular algo en que perder el tiempo mientras el sueño aparecía, pero por más que giró y giró nada parecía concentrarla.

—¿Marinette? —dijo la pequeña Kwami refregándose el ojo derecho—, ¿estás bien?

—¿Puedo salir? —le preguntó, observando el tragaluz sobre ella, Tikki afirmó y Marinette se transformó en Ladybug, saliendo a la noche parisina. Se paró en la protección y dejó que el viento le diera completamente en la cara antes de saltar hacia la ciudad frente a ella.

Era una noche de verano encantadora, así que a veces se balanceaba, a ratos caminaba por los techos de la ciudad, admirando los edificios con las manos tomadas tras su espalda, y en otras, jugaba con sus pasos.

Fue cuando notó una tienda abierta, que decidió bajar a comprar algo para tomar y comer. Aunque la chica tras el mostrador se sorprendió de verla en el lugar, tomó el pedido y le pidió que la esperara.

Ladybug observó el lugar, era bueno saber que existían tiendas que permanecían abiertas más allá de media noche. Le serviría mucho para esas noches de insomnio como ahora, así como también, cuando tenía que hacer mil cosas y no quería molestar a sus padres.

La chica le entregó su vaso de té con leche con miel y un sándwich a la superheroina, y tras agradecerle, Ladybug salió del lugar con cuidado y se sentó en un techo a comer y beber de su vaso con cuidado de no quemarse.

—Es una noche maravillosa —susurró, apoyando su cabeza sobre su hombro derecho observando la ciudad—. Todo está tan silencioso que es imposible no escucharte, Chat Noir.

—¡Me atrapaste! —dijo, avanzando para sentarse a su lado— ¿Qué haces tan tarde fuera de la cama? ¿No podías dormir?

—Parece que somos dos —respondió la chica, extendiéndole el sándwich que había comprado. El chico, lo tomó y lo partió a la mitad, antes de regresárselo—. Mi motivo, no lo sé, ¿el tuyo?

—Diría que tiene nombre y apellidos, pero no sé —protestó, antes de darle un mordisco al pan—, ni yo mismo me entiendo a veces.

—Creo que la persona más difícil de entender, es uno mismo —respondió Ladybug volviendo a ver el paisaje frente a ella— ¿No es hermosa nuestra ciudad?

—Sí —respondió Chat Noir—, sobre todo cuando no hay un ente mágico maligno destruyéndola mientras nos quiere matar para obtener nuestras joyas mágicas —Ladybug no pudo evitar reírse ante aquella frase, teniéndose que cubrir la boca con la mano que sostenía el sándwich—. Es chistoso, pero bien doloroso —y Ladybug otra vez casi se rie, haciendo que Chat Noir la mirara con curiosidad— ¿El insomnio hace que suene divertido?

—Siempre eres divertido —confesó, bebiendo de su vaso—, solo que en esta ocasión no estoy estresada, esquivando ese ente mágico maligno que nos quiere destruir.

Chat Noir sonrió y se retiró brevemente, para comprar algo para tomar. Él optó con una infusión de hierbas. Ese lugar, iba a ser su punto favorito para las patrullas.

—No puedo creer que no lo hayamos visto antes —comentó.

—Quizás porque no solemos patrullar tan tarde, salvo contadas excepciones que incluyen Akumas.

—Tienes razón.

Ambos se quedaron en silencio, observando la vista frente a ellos, la brillante torre Eiffel, las luces de las calles... la luna en el cielo...

Hasta que Ladybug dio un ligero cabezazo.

—¿Estás bien?

—Sí —dijo, refregándose el ojo derecho—, creo que el sueño perdido, volvió —se puso de pie—. Me voy a casa.

—Descansa —le contestó, mientras la chica desaparecía entre la oscuridad de la noche. Chat Noir suspiró y miró la luna frente a él.

Preguntándose si la causante de su insomnio estaba teniendo una buena noche de sueño.

Mini RelatosWhere stories live. Discover now