Todo había empezado con una de las clases de apoyo a sus estudiantes que tenía la profesora Bustier. Era media hora antes del almuerzo y ayudaba a que cada uno de estos aprendieran a canalizar sus emociones y evitar caer fácilmente en las manos de Monarch.
Hoy habían hablado de las personas en las que confiarían para contarle algo importante de sus vidas, esa persona que les diera el confort necesario para abrirse o encontrar alivio.
Durante la clase del día siguiente, tendrían que contarle al resto por qué aquella persona era la elegida en breves palabras.
Adrien había visto a Nino y a Alya hacer su típico juego de manos, interpretando que claramente ellos iban a hablar del otro. Volteó hacia Marinette y la vio con sus mejillas sonrojadas escribiendo algo con mucho ímpetu en sus trazos, iba a preguntarle, pero Nino le interrumpió.
—¿Hablaras de mí? —dijo, parpadeando sucesivamente a su amigo, Adrien solo pudo hacer una mueca, pero no respondió.
No lo tenía a él en mente.
Al otro día, cada uno de sus compañeros pasó al frente a explicar a quién elegirían y por qué. La profesora le daba un aplauso cada vez que uno terminaba de exponer.
—Marinette... —le mencionó y ella se tensó en su lugar—. ¿Puedes pasar?
—Sí, claro —dijo, sumamente nerviosa— ¿Puedo empezar por las cosas y después de decir quien es?
—Por supuesto —contestó la maestra.
—Bueno, tengo una persona en mi vida que es muy especial —dijo, sin mirar a ninguno de sus compañeros, ni siquiera miraba la hoja donde había anotado todo—. Es como un cálido lugar donde me gusta refugiarme cuando mis energías se agotan, él me consuela y anima, siempre sabe como poner una sonrisa en mis labios —casi todos los compañeros de Marinette empezaron a verse entre ellos confundidos, pensaron que iba a hablar de Alya, pero claramente no lo era. Solo una persona estaba fija en lo que Marinette decía—. Es único y me hace sentir igual, por eso es la persona a quien yo elijo como mi zona de confort —termino con una sonrisa. Miró a su profesora y a sus compañeros, de pronto, se encontró siendo observada por todos, a la espera del dichoso nombre—. Este, bueno —llevó su mano a la nuca—, mis padres no me dejan tener mascotas así que adopté a escondidas, un gato callejero.
Todos se empezaron a reír, pero Alya dibujó una sonrisa ladeada en su rostro, ella sabía de quien hablaba y su estandarte agitaba la palabra Ladynoir en su mente.
Mientras Adrien tenía el rostro cubierto con su mano, también sabía que se refería a él, bueno a Chat Noir, pero no dejaba de ser él.
—Adrien —llamó la profesora y ésta la miró—. ¿Puedes hablarnos de tu persona?
—Sí, por supuesto —dijo, poniéndose de pie, algo torpe cuando se vio enredado con la correa de su bolso. Se río con nerviosismo antes de pararse frente a sus compañeros.
—¿Estás bien? —le preguntó Bustier y él afirmó— ¿No leerás tu nota?
—No —respondió, cerrando los ojos para no desviarse y ver los ojos celestes de Marinette en ese momento—. Creo que no necesito ver nada, para hablar de ella —respondió—. La persona que me hace sentir bien, que me entiende, es una persona maravillosa, siempre brilla en todo lo que hace y genera situaciones donde todos podemos sentirnos seguros y felices —y entonces la miró y todos los demás también lo hicieron—. Ella a veces, pone tantas cosas sobre ella que no sé como no colapsa, aunque me alegra escuchar que tiene un gato que la contiene —dijo con una sonrisa, y ante eso, ya nadie tenía duda de quien hablaba—. Gracias por convertirte en un lugar seguro donde no tengo miedo de ser yo mismo, Marinette.
Y entre las exclamaciones de sus compañeros, Alya sacudió un poco a la chica que estaba petrificada ante tal declaración.
Ambos eran el lugar seguro del otro, solo que ella aún no lo sabía.
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Mini Relatos
FanfictionColección de Minirelatos realizados en Twitter, pero subidos más bonitos aquí.