Mini Relatos

Minirelato 54: Ladrien Adrinette

Adrien estaba frente a su computadora con los ojos cerrados mientras distintas melodías sonaban a través de los distintos parlantes que adornaban su habitación. No podía negar que estaba algo nostálgico, incluso algo se estaba formando en su garganta a medida que las canciones iban reproduciéndose.

Mientras acomodaba su colección de cds encontró uno que su madre había creado para ellos dos, ella solía ponerlo, tomarlo de la malo y bailar con él alrededor de toda la habitación.

Apretó los ojos para no llorar mientras las imágenes de su madre riéndose con él lo invadían sin parar.

Plagg le tocó la mejilla haciéndole abrir los ojos, cuando observó a su Kwami, éste le señaló la ventana donde estaba sentada la superheroina moteada.

—¿Ladybug? —dijo poniéndose de pie, para acercarse a ella y ayudarla a bajar de la ventana— ¿Hay algún problema? ¿Algún akuma que yo no...? —pero la heroína no le dejó continuar, cubriéndole los labios con sus dedos derechos.

—No es nada de eso, Adrien —respondió—, sentí que mi otra mitad no estaba muy bien y quise cerciorarme de que no fuera solo imaginaciones mías. Parece que no me equivoqué —completó, moviendo su mano hacia la mejilla del chico que cerró los ojos ante el tacto, descansando su mejilla sobre la mano enguantada de rojo.

—Solo pensaba en mi mamá —respondió— y en lo que las canciones representan, en nuestros bailes llenos de risas...

—Entiendo... —dijo, retrocediendo un paso y dando un giro sobre si misma—... pero ahora estoy yo aquí, puedes bailar conmigo.

Ladybug pudo ver el momento en el que Adrien recuperó el brillo de sus ojos.

—¿De verdad?

—Claro —afirmó, y aprovechando la canción que empezó a sonar a través de los parlantes— ¿No quieres bailar con alguien quien te ame?

Adrien no pudo evitar reír, tomó la mano de la heroína, la extendió y se la acercó a él, envolviéndose en la música y la risa de ambos, Marinette dejó ir su transformación para bailar con su pareja.

—Estoy seguro que mi mamá, estaría feliz de que haya encontrado alguien que me ame con quien bailar.

—¡Presente! —dijo la chica riéndose, mientras Adrien la movía en sus brazos por toda la habitación.