MiniRelato Nº43: Adrinette

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Adrien observó que Marinette había estado muy rara el día de hoy, pocas veces había respondido a las palabras de Alya, y parecía estar sumergida en otro mundo. Y aunque era propio de ella, está vez había algo distinto.

Así que cuando tuvieron hora libre, debido a que la profesora Bustier tenía control de su embarazo, se acercó a donde ella estaba dibujando y se sentó a su lado. Tras ver que no se había dado cuenta de su presencia, movió el cabello que ésta llevaba suelto y encontró el origen de su estado espacial.

Llevaba audífonos inalámbricos.

—¡Adrien! —exclamó sorprendida ante el toque, el chico solo sonreía, sosteniendo el audífono en su mano— ¡Me asustaste!

—Perdón, solo que me preguntaba por qué hoy llevabas el cabello suelto, oculto con una boina —le comentó—, no te hacía de las que escuchan música en clase, estoy sorprendido.

Marinette lo observó, pensando que responderle y volvió la mirada hacia su dibujo— ¿Pasó algo?

—¿Cómo lo haces, Adrien? —la pregunta lo confundió, así que espero que ella continuara—. ¿Cómo haces para que no se note todas tus responsabilidades? ¿Cómo haces para que no se te note que hacías cosas que no te agradaban, que no querías?

Se puso serio ante las preguntas, observándola detenidamente, aunque no podía ver directamente sus ojos celestes, podía sentir lo perturbada que estaba.

—En un inicio, era porque buscaba desesperadamente la aprobación de mi padre, que me dijera que estaba orgulloso de mí —contestó, bajando la mirada. Marinette lo miró aterrada, dándose cuenta como lo había hundido en la miseria que la rodeaba.

—Perdón.

—No, no te preocupes —le dijo, sacudiendo sus manos frente a ella—. Y el último tiempo, lo soporté porque tenía una misión detrás de ella.

—¿Misión?

—Sí —dijo, guiñándole el ojo—, pero era super secreta.

Marinette dejó caer sus hombros y tras suspirar, finalmente le contó.

—Tengo un trabajo muy importante que hacer y Lila, de nuevo, empezó a molestarme —le dijo bajito, como si no quisiera que nadie lo escuchara—. Se había calmado, después de mi expulsión, aun éramos enemigas, pero cada una estaba en lo suyo. Y ahora, de la nada, otra vez empezó con sus amenazas y estoy harta. Así que, para no escucharla, hoy traje audífonos. Prefiero perderme en mi música favorita que escucharla con sus increíbles e improbables aventuras.

—Vaya, supongo que es mi culpa.

—Y tu culpa, ¿por qué? —preguntó confundido.

—La misión que te comentaba, era justamente esa, mantener a Lila alejada de ti.

—Adrien... —Marinette abrió sus ojos en sorpresa, cuando el chico llevó su mano al cuello, sumamente nervioso—... No me digas que soportaste a Lila todo este tiempo por mí.

—Pero lo hice —respondió, bajando la mano de su cuello, convirtiéndola en un puño—. Ya te dije, eres una persona muy especial para mí, no podía quedarme sin hacer nada. ¿Quieres saber por qué la soporté todo este tiempo? Porque te veía venir a clases, estar con nosotros y pensaba que eso era posible, gracias a que yo trabajaba con Lila.

—Adrien... yo no te merezco —dijo, con los ojos llenos de lágrimas.

—Ay no, no llores —exclamó dejando el audífono sobre su bolso, para llevar ambas manos al rostro de ésta, para secarle las mejillas—. Lamento que al dejar de trabajar y ella volviera a molestarte.

—No —Marinette negó con la cabeza—, no es tu culpa. Perdón por tener que obligarte a eso...

Adrien la vio y no pudo evitar ladear la sonrisa, sin pensarlo mucho, la abrazó.

—Adrien...

—¿Quieres un secreto para soportar todo lo que uno carga encima? —le susurró, al oído que tenia libre del audífono. Ella solo pudo mover su cabeza en respuesta, estaba totalmente petrificada por el abrazo—. Piensa en que ganas haciéndolo, en que consigues, y podrás salir adelante. Ya lo verás —y con eso, se separó, buscando otra vez el audífono— ¿Y qué tanto escuchas?

—Es el nuevo álbum de Jagged Stone —le comentó, haciendo que Adrien inmediatamente se llevara el audífono al oído derecho.

—¡Pero, el álbum sale en un mes! —estaba sorprendido, definitivamente, nunca había escuchado la canción que se reproducía.

Marinette sonrió finalmente, con una sonrisa genuina, que calentó el corazón de Adrien.

—Tengo que hacer la portada de este disco, así que tuve la exclusividad para poder trabajar.

—¿No necesitas un asistente? —preguntó el chico divertido, apoyándose en el hombro de Marinette.

Ésta observó la sonrisa del chico y de pronto, la inspiración llegó a ella, haciéndola tomar todas sus cosas para ponerse de pie.

—¿Marinette?

—¡Me acabo de inspirar! —dijo, pidiéndole el audífono de nuevo, para poder irse a casa a trabajar.

—No pude terminar de oirla...

Marinette se acercó a él y le besó la mejilla derecha.

—Piensa que eres el motivo detrás de la nueva portada de Jagged Stone —le dijo, y tras eso, salió dando tropezones del patio del colegio, con dirección a su casa.

Adrien se quedó ahí sentado, llevando su mano a su mejilla, totalmente embelesado. Sabiendo que cada vez que escuchara esa canción, se acordaría de ese momento. 

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