Mini Relato Nº11: Multinoir

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Marinette observaba a Tikki, la pobre Kwami se retorcía temblando en el cojín donde la tenía acostada mientras trataba de sanarla con las indicaciones del grimorio.

No entendía muy bien que había pasado con la poderosa Kwami de la creación esta vez, simplemente después de destranformarse, se vio apagada hasta que ya no pudo seguir flotando a su alrededor.

Suspiró cuando, finalmente, logró que la pequeña se tranquilizara y entrara en, lo que parecía, un profundo sueño.

—Supongo que hay que dejarla descansar por hoy —pensó Marinette en voz alta, tapándola con una pequeña cobija roja que había tenido para ella. Movió su cuello de un lado al otro haciendo tronar sus cervicales y se puso de pie.

Tenía una patrulla con Chat Noir en menos de una hora, y no podía ser Ladybug, tenía que dejar descansar a su pequeña favorita esa noche para que se repusiera correctamente.

Miró a los kwamis a su alrededor, pensando a cuál usar, hasta que se detuvo en Mullo, Multimouse podía ir a patrullar, no creía que su compañero tuviera problemas con ella, además, estaba muy acostumbrada al balanceo y podía hacerlo con la soga, sin problemas.

Decidida, tomó el miraculous del ratón, que se transformó en una moneda china, antes de transformarla en Multimouse.

—Cuiden de Tikki —les pidió.

—Nosotros la cuidaremos —afirmó Wayzz—. Puede irse tranquila.

Multimouse afirmó con la cabeza antes de salir de la casa. Tomó la soga de su cintura, la giró en su mano y la lanzó para poder balancearse fuera del balcón.

Cuando llegó al punto de encuentro, Chat Noir ya estaba ahí.

—Que bueno que llegas... —pero su frase quedó paralizada en el "Ma", volvió a pronunciar un: —Ma... —conociendo el nombre del portador bajo el traje, pero lo unió al—... use... ¡Multimouse! —fingió no sentirse nervioso, moviendo las manos que colocó bajo las axilas, sonriendo en demasía— ¿Qué haces aquí? No es que me agrade, solo que esperaba a Ladybug y...

—Shhh —susurró Multimouse con un gesto de su mano—, tranquilo, minino. ¿Todo está bien? Encontré el Miraculous en mi balcón en la tarde, Ladybug me dejó una nota de que si por favor podía acompañarte está noche, porque ella no podía ni tenía los medios para comunicarse contigo, al parecer su Kwami enfermó.

—¿Su Kwami? —dijo, preocupado.

—Sí, pero ya estaba mejor, pero quería dejarla descansar.

—Claro, entiendo es lo mejor —contestó, sin poder mirarla, pateando una piedra inexistente. Multimouse lo miró confundido. Chat Noir no era así con ella, pensó que al saber él, que ella era Marinette, se mostraría con la misma soltura de siempre, pero parecía todo lo contrario.

Frunció los labios, sin saber que pensar.

—¿Te molesta que haya venido yo? —preguntó, aquella pregunta solo bastó para que el superhéroe se tensara en el lugar y la mirara, se acercó a ella en dos pasos.

—¡Claro que no! —respondió—. ¡Me gusta mucho! —ante aquella frase, ambos se miraron sorprendidos y el chico fingió una carraspera— quiero decir, me gusta que Ladybug volviera a confiar en ti, has sido tan magnifica superhéroe.

—¿De verdad?

—¡No estaría aquí si no fuera por tu ingenio, Minninette! —dijo con una sonrisa, haciendo que la chica entrecerrara sus ojos.

—Tengo miedo de preguntar por qué Minninette —pensó en voz alta, pero solo recibió una sonrisa del muchacho rubio frente a ella—. Pero bueno —dio un aplauso—, ¿Qué se hace en una patrulla?

—Recorremos los techos en busca de algún problema en el que podamos ayudar, y tras terminar la ronda, Ladybug y yo charlamos de lo que vimos y después cada cual se va a su casa.

—Entonces, ¿Por qué lado me voy? —preguntó, esperando a ver si la guiaba correctamente.

—Ladybug no vendrá hoy, ¿verdad? —Multimouse negó—. ¿Somos tu y yo? —ahora la chica, afirmó—. ¡Prrfecto! —afirmó, tomando su bastón y luego, acercándose a la chica.

—¿Qué?

—Siempre quise llevarte a un lugar —le dijo, antes de, con cuidado, tomarla de la cintura y llevársela con él.

Ambos llegaron a la zona más alta de la torre Eiffel. Multimouse lo miró confundida.

—¿Por qué aquí?

—Siempre te veo observando por tu balcón la ciudad, pensaba que te gustaría tener una mejor visión de la ciudad, ¡A que no es maravillosa!

Multimouse observó frente a ella toda la ciudad, no podía negar que era hermosa, pero tampoco que le sorprendía como Chat Noir había pensado en ella de esa forma. Su corazón se aceleró de golpe.

—Es bellísima —contestó finalmente.

—Y en la mejor compañía, se siente aún mejor.

—¿La mejor? —preguntó ladeando la sonrisa—. Un poquito egocéntrico se nos puso el gatito —Chat Noir se rió, pero no la miró, siguió viendo hacia el frente.

—No lo decía por mí —le comentó, mirándola y la pobre chica de cabellos oscuro tragó con dificultad, la sonrisa que le daba Chat Noir no era la típica coqueta de siempre, era... no sabía definirla en palabras. ¿Especial? Tal vez...

Multimouse se quedó en silencio, sin siquiera ser capaz de decir una palabra.

—Creo que es una noche tranquila, mejor volvamos cada uno a su casa —propuso el rubio.

—Sí —dijo, Multimouse, afirmando con la cabeza.

—Te acompaño a casa —le propuso el superhéroe, pero antes de que su cerebro procesara la negativa, ya había afirmado y ahora, caminaban por los techos con destino a la panadería.

Cuando llegaron al balcón, el chico tomó su mano derecha y le dio un beso sobre los nudillos.

—Este gato está muy feliz de volver a ver esta valiente ratoncita, una vez más. Ojalá se repita —deseó.

—Ojalá —repitió.

—Buenas noches, Mininette —se despidió—. Gracias por compartir esta patrulla conmigo.

—De nada, Minino.

Chat Noir se despidió y Marinette dejó descansar a Mullo, quien no tardó en aparecer a su lado.

—Vayamos por algo de comer.

Cuando bajaron a la habitación, Tikki ya estaba despierta.

—Tikki —dijo, tomándola con ambas manos—, me alegra que estés bien.

—Lamento haberte preocupado, Marinette —contestó, apoyándose contra la mejilla de su portadora—. Pero ya me siento bien, lista para la siguiente patrulla.

Marinette se miró con Mullo que comía un pan relleno y de nuevo a Tikki.

—Quizás te deje descansar de vez en cuando...

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