MiniRelato Nº23: Ladynoir

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Se suponía que era un reto que estamos haciendo con MeimiCaro pero me quedó tan raro jajaja xD Dios, no busquen coherencia en esto xD No me sirvio de nada los miles de libro de epoca que he leido toda mi vida xD

.....

Marinette sabía que no debió hacerle caso a su abuela, desde el momento en que entró a su habitación hecha un torbellino con un par de sirvientes siguiéndole los pasos, con un elegante vestido rojo.

—Esta noche habrá un baile de máscaras en nuestra residencia —le informó, con toda la energía que solo ella poseía—, nos han informado que tu prometido ha regresado de su viaje de estudio y está listo para su encuentro. Y no me pongas los ojos en blanco —le advirtió antes que la joven hiciera aquel gesto con sus preciosos ojos celestes.

—¿Y cómo me va a reconocer si usamos máscaras? —preguntó confundida, elevando el antifaz de plumas rojas y negras.

—Piensas igual que tu abuelo, él obviamente no estaba de acuerdo —le informó, abriendo su abanico para abanicarse un par de veces antes de volver a hablar—. Pero yo no pienso igual.

«Vaya novedad» pensó la muchacha, tomando el vestido para examinarlo, sin duda era más lujoso de lo que solía usar.

—¿Y entonces? —preguntó Marinette. Vio como su abuela cerraba su abanico y con él, les indicaba a los sirvientes que salieran de la recamara.

—Ustedes no han tenido el misterio y la emoción del romance previo al compromiso —explicó—. No estoy en contra de lo que mi difunto hijo y su esposa decidieron para ti, pero me hubiera gustado ver que encontrabas el amor como ellos. Que, con solo mirarse a los ojos, lo supieron.

—Y por eso las máscaras —comprendió finalmente y su abuela afirmó.

—Exacto. Bailaras con diferentes jóvenes esta noche, y al final de la jornada, cuando se pida que las máscaras caigan, verás si con tu prometido surgieron esas chispas en medio del baile.

—¿Y si no? —dijo con preocupación, aferrándose al antifaz. Vio a su abuela esconderse tras el abanico una vez más.

—Entonces, siempre podría ayudarte a escapar y terminar con el linaje del Vizconde.

Ambas se rieron, aunque sabían que aquello no sería para nada sencillo. Sí, el viejo vizconde hacía todo lo que su esposa quería, pero también era cascarrabias y no iba a dejar que su única nieta se desapareciera, así como así, desairando la última voluntad de su hijo.

Marinette sabía que, si sus padres no hubieran fallecido el mismo día que los de su prometido, ambos hubieran crecido juntos como hasta ese momento y quizás, ahora vivirían una historia de amor como la de los libros que su nana le contaba.

Resopló haciendo que su flequillo se moviera hacia arriba.

¡Qué más da!

Era hora de bailar.

...

Marinette se abanicó con rapidez para calmar su exaltado corazón, y no porque su última pareja fuera alguien que agitara su corazón, todo lo contrario, solo quería escapar de aquel sujeto detestable que no paraba de alabarla y observarla como si fuera una pieza que esperaba poner en su colección. Rezaba porque ese no fuera su prometido.

Se filtró entre la gente, para escapar de aquel sujeto, aun le faltaba un baile, pero realmente ya no quería saber nada de nadie. Estaba agobiada y odiaba a su abuela por ponerla en esto.

Se ocultó tras una de las columnas del salón de baile cuando notó como su abuela la buscaba para el ultimo baile.

—Ya estoy harta de este circo —barbulló, sin esperar que una risa la sorprendiera.

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