MiniRelato N°21. Adrinette visto por Nino y Adrien

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Nino observaba a Adrien bastante molesto. Es que no entendía como su amigo podía ser tan desalmado en reírse cuando le estaba contando como se le había roto el panel de control de su consola mezcladora y tenía que juntar dinero para repararla.

Pero, cuando le iba a reclamar, notó que, aunque su amigo estaba con él, su mente y su mirada estaban perdidos en alguien más.

Nino entrecerró sus ojos observando como cada gesto que hacía Marinette frente a ellos, hacía que Adrien sonriera y de vez en cuando soltaba una pequeña sonrisita. Se debatió entre que decir o hacer, pero es que esta era una oportunidad única en su vida.

—No es muy educado de tu parte reírte de tu amiga, Adrien —el susurró, haciendo que éste se tensara en su lugar.

—¿Yo? —sobresaltado, llevó la mano a la nuca—. ¿Por qué lo dices? ¿Cuándo yo?

—Te estaba contando de mi crisis financiera y te pusiste a reír —le recordó—. Casi me enojo contigo, si no fuera porque te vi reírte de las pantomimas de Marinette —ante aquella mención, lo vio sonreírse automáticamente—. ¿Ves? —lo volvió a señalar— Tal cual. Te estás riendo de Marinette.

—No me estoy riendo de Marinette —se defendió mirando a su amigo, y después, volviendo la mirada a ella—. No sé como explicarlo —le respondió—. Pero verla tan animada, exclamando con sus manos, hablando rápido y atolondradamente, no sé, me hace sentir feliz.

Nino solo pudo entrecerrar sus ojos.

¿Es que de verdad no entendía? Necesitaba que su pollo terminé de salir del cascaron de una buena vez.

Iba a decirle lo que él pensaba cuando sonó el anuncio de la siguiente clase. Bueno, ya tendría otra oportunidad.

...

Nino estaba frustrado, como nunca en su vida por culpa de Adrien. Es que cada que Marinette pasaba por su lado, él la seguía con la mirada, al punto que casi parecía el demonio del exorcista, le sonreía cuando ella no lo veía, de hecho, tenía una hoja abierta en su Tablet donde había dibujado puros garabatos que parecían "M"

—¿Quién es M? —le susurró, haciendo que Adrien pusiera su mano sobre la tableta con suma rapidez—. Estoy intrigado, tu eres unas seguidillas de letras A... así que me preguntaba —al desviar sus ojos lentamente hacia la compañera que Adrien tenía atrás, éste de un movimiento brusco lo atrajo hasta delante.

—Estaba bien, te contaré —le respondió—, a la salida.

Nino esperó la hora de salida ese día, mucho más que cualquier otro día del año.

—Bien, tú me dirás

—He estado pensando en una amiga...

—Sí, Marinette —le dijo, sin rodeos.

—¿Cómo lo sabes?

—Amigo —Nino se puso a su lado y le dio una palmada en la espalda—, si estabas tratando de ser discreto fallaste considerablemente.

—¿Qué? —el pánico se extendió por toda la cara de Adrien— ¿Y crees que ella se haya dado cuenta?

—¿Marinette? —Nino negó—. Nah, si lo supiera ya estaría muerta.

—¿Muerta? —Adrien tomó a Nino de los hombros— ¿Por qué estaría muerta? ¿Tan malo es que me guste que ella prefería estar muerta?

Nino miró a su amigo con mucha pena, ¿cómo era tan inocente?

—Me refiero a la impresión, imagínate que Adrien Agreste le diga que le gusta... Espera, ¿Dijiste que te gusta? —ahora el sorprendidísimo era él.

—Sí —Adrien afirmó—. Marinette me encanta, es que mientras más lo pienso, más veo lo especial que es para mí. Como siempre está preocupada de todos, su torpeza, sus palabras atropelladas, que, aunque parece una persona dulce, puede sacar un verdadero carácter para organizar todo. Es tan creativa y fabulosa en todo lo que hace...

—Wow —solo pudo exclamar. Es que realmente Adrien había caído bien fuerte.

—¿Crees que deba decirle que cuando le dije que era especial para mí, es por qué me gusta?

Bien, Nino terminó por morir.

Quería que su pollito saliera del cascaron de una vez por todas, pero no solo salió, sino que aprendió a correr a velocidad supersónica.

Así que hizo lo que todo bien amigo puede hacer.

—No veo la hora de que tengamos citas dobles, los cuatro —le respondió.

—¿Entonces... ¿Crees que ella me corresponderá?

—Oh, Amigo —Nino volvió a palmearle la espalda—, no te lo imaginas...

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